Si bien era un partido amistoso, el encuentro disputado en la localidad de Kiel, para ponerse a punto de cara al mundial que comienza el 10 de enero, no dejó a los jugadores, ni al técnico con las mejores sensaciones. Más allá del resultado, que no era lo más importante, la derrota ante Alemania por 28-13 dejó algunas cosas buenas que los argentinos deberán intentar replicar pero muchas otras que deberán mejorar rápido si quieren jugarle de igual a igual a los rivales de mayor jerarquía.
Los altibajos definieron a los Gladiadores en el primer tiempo, cuyo marcador fue cambiando de dueño varias veces. Los dirigidos por Manolo Cadenas alternaron buenas y malas, y fueron de mayor a menor en los treinta minutos iniciales. El equipo tuvo mucha intensidad y concentración defensiva en el inicio del encuentro. A su vez, Matías Schulz tuvo buenas apariciones para evitar la caída del arco en distintas ocasiones. Pero con el correr del partido, la potencia alemana se fue imponiendo cuando chocaba con la última línea argentina.
Mientras tanto en el ataque, la posesión era ordenada y buscaba siempre la mejor opción. En los primeros diez minutos utilizó mucho el extremo derecho, que ocupaba Santiago Baronetto, y lograba hacer la diferencia. Tal es así, que estuvo en ventaja en tres oportunidades distintas del partido. Pero con el transcurso del mismo, empezaron a aparecer las imprecisiones que les impedía soltarse con comodidad en el ataque. Y esto favorecía a Alemania que se iba en ventaja 9-6.
El complemento tuvo la misma línea que el final del primer tiempo. La falta de claridad en el ataque y las decisiones apuradas fueron moneda corriente en los últimos treinta minutos. Y esos errores no son perdonados por un equipo como el alemán que primero defendía con mucha intensidad y mucha movilidad para luego aprovechar esas falencias argentinas para recuperar y marcar la diferencia de contraataque.
Asimismo, hubo tiempo para las rotaciones en los Gladiadores. Manolo le dio minutos a todos los jugadores, sobre todo a los más jóvenes para que vayan agarrando ritmo y confianza. Con una ventaja ya considerable Alemania bajó el ritmo, pero pese a ello la defensa Argentina nunca volvió a encontrar la intensidad de la primera parte y la victoria, acabó siendo de 28-13 a favor de los germanos.
Más allá de la derrota, lo fundamental será, por un lado, mantener los pasajes de buen juego que tuvieron en la primera parte. Y por el otro, corregir los errores de cara al Mundial de Alemania-Dinamarca. Pero para eso falta cinco días ya que antes deberán jugar su segundo amistoso el 8 de enero ante República Checa en Praga.