Tras miles de idas y vueltas se jugó la "finalísima" entre River Plate y Boca Juniors, en el Santiago Bernabéu. Fue un partido en el cual tuvo dos momentos para ambos equipos, pero más que nada se disputó con el amor propio y garra que los caracteriza a estos dos grandes del continente.
En el primer tiempo, prevaleció el sistema táctico impuesto por Guillermo Barros Schelloto donde directamente no dejó jugar a River y lo neutralizó. Boca se tiró atrás, intuyó que en algún momento iban a poder lastimarlo con la rapidez de sus volantes y con los espacios que dejó el Millonario. Justamente de esa forma llegó el primer gol, tras un gran pase de Nahitan Nández a Darío Benedetto que definió con mucha calidad.
Los Millonarios en otros superclásicos siempre lo presionaba a Wilmar Barrios pero en esta final, lo dejaron jugar cosa que fue raro en el primer tiempo. También Gonzalo Martínez en el último clásico se posicionó por el medio de la cancha y en este compromiso lo tiraron por la banda izquierda no teniendo tanta influencia pero siendo decisivo en el tercer gol.
A su vez el equipo de Marcelo Gallardo tuvo la pelota pero nunca se sintió cómodo en la primera parte por el buen planteo del rival, donde le cerró todos los espacios y se le hizo complejo penetrar. No tuvo ideas para poder entrarle a los Xeneizes y acabó gran parte del ese período pasándose la pelota improductivamente entre los defensores y los mediocampistas más retrasados, por lo bien parado que estaba su adversario.
En el segundo tiempo, River fue muy superior tácticamente porque se insertó con otra postura dentro del campo, sabían que tenían el resultado adverso y no les quedaba otra que salir a quemar las naves. Pudo empezar a conectar gracias a la mejora de sus volantes, pero en especial, al ingreso de su mejor jugador, Juan Fernando Quintero, que cambió definitivamente el partido.
Tuvo posibilidades de definir el encuentro en la segunda mitad, pero no tuvieron efectividad. Entrando en el tiempo suplementario, al club de la Ribera le expulsaron a Wilmar Barrios y de ahí se desconcertó todo el equipo y fue favorable para River. El Millonario encontró más espacios y definió la serie ganándola por 3-1 consiguiendo su cuarta Copa Libertadores de América.