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martes 27 de noviembre de 2018

Superbochorno

En Paraguay se reunieron los presidentes de River y Boca junto con Alejandro Domínguez, de Conmebol, pero no se llegó a una resolución. Se jugaría el 8 o 9 de diciembre, en el exterior.
La sede de Conmebol en Asunción, donde estuvieron los presidentes de los clubes.

Luego de las continuas suspensiones del partido que iban a disputar River Plate y Boca Juniors por la segunda final de la Copa Libertadores de América en el Monumental, tras el 2 a 2 en la Bombonera, con más de 60.000 personas esperando siete horas en las tribunas, los anuncios desde la voz del Estadio diciendo que se postergaba una hora el encuentro, que 60 minutos más, que 19.15 horas, la esperanza de los hinchas por la salida a la cancha del árbitro Andrés Cunha y sus asistentes para el calentamiento previo más la del Profe Valdecantos del Xeneize y la puesta de conitos para que los jugadores pudieran realizar los ejercicios precompetitivos, los preparativos de la Subcomisión del Hincha con los tirantes que ya se veían desplegados desde todas las tribunas, todo quedó en la nada. Finalmente se pasó el encuentro para el día siguiente a las 17 en el mismo lugar. Todos a sus casas y a esperar.


Claro que la palabra y firma de los presidentes Rodolfo D´Onofrio y Daniel Angelici junto con Alejandro Domínguez de que se iba a disputar la Superfinal no fue suficiente. Pablo Pérez seguía sin estar en condiciones de jugar tras las astillas en su ojo izquierdo por la rotura de los vidrios del micro, algunos jugadores continuaban con convulsiones según contaron, como ser Carlos Tévez, Mauro Zárate, entre otros, y lo dicho, si no podían desempeñarse al 100 por ciento ese día, tampoco iban a lograrlo el domingo. De esta manera, la apertura del estadio para que nuevamente ingresaran los hinchas no fue suficiente. Cerca de las 14 horas nuevamente se anunció la suspensión.


Angelici ya había salido con los tapones de punta para pedir los puntos, buscando que se tome la misma decisión que en 2015 cuando se clausuró la cancha por dos fechas y se dio por ganador a River, tras el 0-1 en el Monumental y 45 minutos con un 0-0 que no parecía definitivo para nada. Así las cosas, D´Onofrio declaró que sería una traición de parte del mandamás del club de la Ribera si hacía ese pedido, ya que él se había solidarizado con los jugadores del equipo contrario, no queriéndolo disputar al partido pese al apriete de Infantino, que según manifestó Tevez "nos dijo que nos suspendían 10 años si no jugábamos".


Finalmente se llegó al martes 27 a las 10, se pasó una hora el veredicto, Alejandro Domínguez, Presidente de Conmebol, anunció que "el partido se gana con goles, en la cancha", que "no hay garantías para que se juegue en Argentina", dos frases que parecieran inclinar la balanza para esos lares pero la resolución no llegó. Tras los dichos de Pablo Pérez de que "no quiero jugar en una cancha donde puedo morir", llegaron los rumores de que se jugará el 8 o 9 de diciembre en Miami, que en Doha para que el vencedor se quede a disputar el Mundial de Clubes, que en el Defensores del Chaco de Asunción donde se encuentra la sede sudamericana principal. Lo cierto es que no hay anuncios oficiales y a esta altura ya ha cansado la situación a propios y extraños. ¿Por qué no se habría definido? Se espera la resolución del TAS para conocer primero la sanción que le cabría a River, algo que podrían haber previsto antes por supuesto. 


Es que con los dos equipos con sed de campeón, el Millonario además sin estar clasificado para la siguiente edición y con los preparativos para el miércoles en que disputará la semi de Copa Argentina, la pregunta que surge es la siguiente: ¿Y si queda vacante el campeón de 2018?