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domingo 11 de noviembre de 2018

Choque de estilos

La construcción y la estrategia contra la confianza en las individualidades ofensivas y el empuje. El análisis de la ida de la Superfinal entre Boca y River.

La serie tan esperada por Boca y por River tuvo su primer capítulo. Con buenos y malos momentos, los dos tuvieron sus situaciones, y el resultado terminó siendo un empate 2-2. ¿Quién ganó en el duelo de estilos?


En la primera media hora, River mostró ser más y Marcelo Gallardo (y Matías Biscay dirigiendo desde el campo de juego) seguramente intentarán trasladar ese primer dominio en el partido de la vuelta. Los 5 defensores que confirmó casi sobre la hora, terminaron siendo una herramienta también de ataque.


Con Javier Pinola, Lucas Martínez Quarta y Jonathan Maidana como centrales, mientras se buscaba contener la ofensiva de Boca también se apostaba por el juego por las bandas de Gonzalo Montiel y Milton Casco, que cuando River tenía la pelota se adelantaban y buscaban asociarse con los volantes y delanteros para construir el juego.


Cristian Pavón y Sebastián Villa tuvieron un gran desgaste (igualmente se daba por descontado su ayuda para defender), y vieron constantemente como Montiel y Casco quedaban a sus espaldas, obligando sobre todo a Wilmar Barrios a salir muy lejos en la defensa. Además, la visita se aprovechó de sobrecargar la zona derecha, y del mal partido que tuvo Leonardo Jara en el otro lateral.


Igualmente, el dominio de los primeros minutos no pudo ser traducido al resultado. Pero lo que sí hizo cambiar el transcurso del partido fue la lesión de Pavón, que permitió el ingreso de Darío Benedetto, y con el doble 9 Boca mejoró mucho. Los delanteros de área no sólo aguantaron la pelota, sino que hasta se animaron a participar del armado de las jugadas, permitiendo que Pablo Pérez y Nahitán Nández avancen más en el terreno de juego.


El gol de Ramón Ábila fue un alivio para Boca que estaba sufriendo defensivamente y que ya había hecho figura a Agustín Rossi por valiosas atajadas justamente en esa primera mitad. Igualmente, Lucas Pratto igualó instantes después, y todo comenzó devuelta en el partido.



¿Volverá la pelota parada a ser determinante en la vuellta?


 


Cuando los dos equipos ya se imaginaban yéndose al descanso, Sebastián Villa tiró un tiro libre que Darío Benedetto desvió con la cabeza para poner el 2-1. Boca se fue del campo de juego en la primera mitad de una manera distinta a la que lo hizo al final del partido.


En el complemento, River nuevamente inició mejor, ante un Boca que por momentos parecía conformista con el resultado. Un tiro libre bien ejecutado por Gonzalo Martínez alcanzó para que Carlos Izquierdoz la meta sin intención en el arco de Rossi, y todo quedó 2-2. El partido perdió juego desde ahí, se hizo mucho más trabado y Franco Armani atajó en la última un remate de Benedetto dentro del área para que termine la primer final en empate.


El planteo de Boca pasó por ser aguerrido en la mitad de cancha y buscar jugar con la velocidad de los extremos, hasta la salida de Pavón. Con los dos delanteros, le causaron más preocupación a la defensa de River y hasta por momentos pudieron inclinar un poco la cancha, algo que River había logrado al inicio de cada tiempo.


Es difícil imaginar un planteo similar de River para el partido de vuelta, que ya demostró que ante la necesidad de buscar un resultado la línea defensiva vuelve rápidamente a ser de 4 hombres, con el ingreso de Ignacio Fernández en el complemento y la salida de Martínez Quarta. Por el lado de Boca, la incógnita es quién jugará en caso de que Pavón no esté disponible en dos semanas, y ver si jugará con este mismo equipo que demostró servir para agruparse y salir de contra.