River empezó mejor el encuentro y a los cuatro minutos ya contó con chances claras, ya que Agustín Rossi desvió al córner un tiro libre de Gonzalo Martínez y de ese tiro de esquina Lucas Martínez Quarta cabeceó solo en el área y casi abre el marcador.

Boca pareció nervioso en los primeros minutos y estaba largo, con muchos espacios entre sus líneas que fueron aprovechados por los hombres del Millonario. El Xeneize optó por jugar con balones largos para que Ramón Ábila aguante ante los centrales y sus primeras aproximaciones fueron más por jugadas aisladas que por ataques elaborados.

River estaba mejor y sus volantes, Martínez y Exequiel Palacios, no pudieron ser tomados por los mediocampistas de Boca, que no los encontraban. A los 25, llegó una mala noticia para los dirigidos por Guillermo Barros Schelotto. Cristian Pavón salió lesionado y no pudo continuar el encuentro.

Con el ingreso de Darío Benedetto Boca pasó a jugar con dos puntas definidos y armó dos líneas de cuatro. A los 33 minutos, llegó el delirio. Ramón Ábila encontró la pelota en el área, enganchó hacia adentro, sacó un disparo de zurda que tapó Franco Armani pero en el rebote no perdonó y puso el 1-0.

No obstante, River sacó rápido y a través de un pase entre líneas y vertical Lucas Pratto quedó en posición favorable y aguantando la marca cruzó el remate para rápidamente igualar las acciones. El encuentro estaba abierto y ambos conjuntos llegaban a tres cuartos de campo rival con facilidad. Rossi volvió a ser protagonista evitando que El Piti Martínez vuelva a convertir de volea en La Bombonera.

Sobre el final del primer tiempo, El Pipa Benedetto peinó un centro frontal en un tiro libre ejecutado por Sebastián Villa ganándole a su marcador y consiguió hacer inerte el esfuerzo de Armani, que no pudo contener y desató la alegría de la gente.

Envalentonado con el resultado, Boca empezó mejor el complemento y con un Villa muy activo el Xeneize generó peligro en campo rival pero no consiguió plasmarlo en chances claras y River lo aprovechó, ya que a los 60, un tiro libre muy cerrado del Piti Martínez complicó a Carlos Izuierdoz, que de cabeza metió el balón en su propio arco y el partido volvió a estar igualado.

El gol tranquilizó al Millonario y el encuentro se emparejó. Con el correr de los minutos, el dinamismo mostrado por ambos conjuntos empezó a disiparse y el cansancio se hizo sentir. No faltó tiempo para la atajada que Armani tiene acostumbrado a los hinchas de River, sacándole un mano a mano trascendental a Benedetto sobre el final y permitiendo que su equipo pueda mantener el resultado.

La vuelta, el encuentro definitorio de ésta final, se jugará el 24 de noviembre en El Monumental con la serie totalmente igualada. Quién se imponga, tocará el cielo con las manos y se coronará como campeón de América.