La primera parte fue pareja. Junior, con la obligación que implica la localía en los cruces coperos, tomó rápidamente el dominio del partido y el control de la pelota. Sin embargo, no consiguió inquietar a Colón. Al conjunto colombiano le faltó cambio de ritmo para sorprender y tener mayor profundidad en sus ataques.

Los Sabaleros, por su parte, no sufrieron atrás y buscaron bajarle el ritmo al juego, haciéndolo más parsimonioso.  El clima caluroso lo condicionó en el aspecto físico y es por ello que buscó enlentecer el juego. Además, tuvo la más clara, con un mano a mano que Nicolás Leguizamón dilapidó tras abrir demasiado el pie y enviando el balón muy lejos del arco. 

El complemento comenzó con una tónica similar, pero con un Colón más replegado. El equipo santafecino mostró mucha actitud y disciplina táctica para cerrarle los caminos a su par colombiano, pero quedó en deuda en el otro aspecto del juego, en el ataque. Los Sabaleros no lograron generar situaciones de peligro y tuvieron dificultades para mantener la pelota en campo rival.

Junior no estaba jugando bien. En frente tenía a un rival que si bien no lo lastimaba, le jugó con personalidad y le planteó un partido incómodo. Por ello es que Teófilo Gutiérrez ingresó para intentar darle otro aire, otra frescura a los cafeteros en la ofensiva.

A los 71, sin merecerlo, Junior se puso en ventaja. Tras un córner, el portador de la número 10, Jarlan Barrera, encontró la pelota abollando cerca del arco defendido por Leonardo Burián luego de un desvío y tocó a la red. Posteriormente, Los Rojiblancos se relajaron por el resultado a favor y jugaron con más soltura, ante un Colón que busco sin éxito el empate.

En un encuentro en el cual ninguno de los dos conjuntos generó demasiado, el local se llevó el triunfo al aprovechar su situación. El partido de vuelta que definirá la serie se jugará en Santa Fe el 4 de octubre en el estadio Brigadier General Estanislao López.