Un bicampeonato no alcanza para saciar la sed del equipo, al menos en este caso y es que Boca quiere volver a llevarse la Libertadores y sabe además que tiene plantel para hacerlo y además pelear por conseguir su tercer título al hilo y hasta la Copa Argentina.

Algo que parecía al menos improbable en el futbol argentino hasta hace algunos años, hoy no sería raro que lo consiga el Xeneize, quien al estilo de uno de los grandes equipos europeos, conformó al menos dos equipos que podrían pelearlo todo. Esto se debe a que a su ya amplió plantel de la temporada pasada, se sumaron aún más jugadores de primer nivel, pese a que no hubo ninguna salida semejante.

Así llega: Con mucha confianza luego del bicampeonato, de comenzar la etapa de playoff de la Libertadores con victoria y la misma instancia de la Copa Argentina con goleada, el equipo comandado por Guillermo Barros Schelotto tiene como gran deuda pendiente destacar en las eliminatorias mano a mano que le permitan obtener la tan deseada Libertadores.

Se harán extrañar: Llamativamente para lo que es un equipo grande muchos fueron los jugadores que abandonaron el club, sin embargo ninguno de los que integra el once de gala ni de los que cuentan con más posibilidades de hacerlo en un corto plazo. Las tres ventas más destacadas fueron: Nicolás Colazo (Aris Salónica de Grecia), Walter Bou (Vitoria de Brasil) y Guillermo Sara (Lanús). Además varios fueron cedidos, los más importantes fueron: Óscar Benítez (Argentinos), Marcelo Torres (Banfield), Franco Cristaldo y Nazareno Solís (San Martín de San Juan) y Gonzalo Maroni y Tomás Pochettino quienes fueron cedidos a Talleres para facilitar la llegada de Lucas Olaza.

Caras nuevas: Al ya poblado plantel se suman cinco jugadores que vienen a lugar un lugar como titular. El fichaje más destacados fue el de Mauro Zárate quien llegó procedente de Vélez, algo al menos llamativo dada la condición ídolo que poseía en Liniers. Luego llegaron Carlos Izquierdoz desde el Santos Laguna, buscando apuntalar la defensa, Esteban Andrada que viene de Lanús a pelearle el puesto a Agustín Rossi, Sebastián Villa procedente de Deportes Tolima y Lucas Olaza, quien llega a préstamo de Talleres. Además Gino Peruzzi volvió de su préstamo, pero no es tenido en cuenta por el técnico.

Para tener en cuenta: El equipo de La Boca tiene equipo para ganarlo todo, sin embargo desde hace años perdió esa mística copera que lo caracterizaba. Habrá que ver si tanto el técnico como los jugadores ya asentados y los refuerzos logran al fin revertir esta situación, lo cual de no ser así podría afectar la confianza grupal e incluso generar algún despido, más aún si el clásico rival sigue superándolo en los partidos más “importantes”.