Y llegó la número 18. Independiente se adjudicó una nueva copa internacional, al vencer por la Suruga Bank al Cerezo Osaka 1-0 con gol de Silvio Romero.

Quizás por la falta de ritmo en partidos oficiales o por el largo viaje que tuvieron los jugadores, la precisión fue un aspecto que quedó en deuda para el Rojo, que pudo haber goleado en la etapa inicial pero terminó sufriendo. Sin embarcó, al final terminaron festejando la conquista.

En el primer tiempo, Independiente tuvo el claro dominio de la posesión, aunque en el tercio final le costó siempre dar el último pase correctamente. Un tiro libre de Pablo Hernández y dos remates de media distancia de Martín Benítez fueron lo primero que pudo hacer el conjunto argentino, hasta que a los 28 minutos un pase que rebotó en dos jugadores del elenco japonés terminó en los pies de Romero, que eludió al arquero y la empujó para ponerse en ventaja.

Llegó el complemento, y el cansancio hizo perder el protagonismo a Independiente, así como los cambios finalmente lograron que el Cerezo Osaka se adelante y genere peligro. Tras un cabezazo por arriba de Romero que pudo ser el segundo, en una ráfaga el campeón de la liga japonesa no pudo igualar el marcador con una anticipación en el área de Kota Mizunuma, y luego en un remate también en zona de peligro de Mizuki Ando, ambas situaciones con el brasileño Souza que ingresó para manejar muy bien el juego.

Con el final del encuentro llegaron los festejos, con la primera Copa Suruga Bank ganada por Independiente (en 2011 había pedido la final ante el Júbilo Iwata), y con Ariel Holan que continúa escribiendo una exitosa página en la historia del club.