Pensar en un equipo que defienda el celeste y blanco de la bandera argentina y a su vez ponga en lo más alto el característico verde amarelo de la nación vecina parecería una utopía de algún autor idealista. La rivalidad entre ambos países en varios deportes es más que sabida, y no sólo el fútbol o el tenis tienen capítulos de sobra que dan muestra de esto, pero hay un grupo de atletas que decidieron romper las barreras y crearon una histórica combinación.
Para Carolina Rossi, el beach handball, disciplina que por ejemplo hará su aparición en los próximos Juegos de la Juventud en Buenos Aires, es una propuesta diferente en materia de enfrentamientos entre rivales. "Pese a que nunca nos tocó compartir el mismo lado de la cancha, la realidad es que desde los primeros partidos tuvimos una buena relación tanto adentro como afuera", destacó la jugadora que fue parte de plantel que se quedó con la medalla de plata en los World Games de Breslavia en 2017, cuya final fue justamente contra las brasileñas.
"Kamisambas", título con el que se presenta la alianza salió de la mezcla entre el nombre Kamikazes, como se conoce a las argentinas, y el acento vecino y dio un resultado demoledor. De sus encuentros disputados en suelo chino, se desprendieron puros triunfos y se metieron en las semifianes de manera invicta. "La alianza se dio rápidamente. Nos llegó la invitación, y en Argentina no llegábamos a juntar la cantidad de chicas que necesitábamos para viajar. Las que pudimos coordinar entre tiempo y dinero empezamos a buscar gente y hablamos con Antonio Guerra Peixe, entrenador de varones en Brasil, y nos terminó por conectar con cuatro chicas. Así formamos el equipo, detalló en relación con relación a la logística y agregó: "Esto se dio hace un mes y medio".
El plantel completo quedó conformado por las brasileñas, Beatríz Correia, Renata Santiago, Darlene Soares y Cinthya Piquet y las argentinas, Carolina Rossi, Samanta Brizuela, Rocío Barros y Sofía Muñoz.
La atleta, además de brillar con su potente zurda se dedica a otra profesión, en su caso es la anestesia, algo muy frecuente dentro del ambiente del deporte amateur, hizo hincapié en el esfuerzo para poder competir. "Le empezamos a meter ganas con el tema del pasaje, de la visa y de organizarnos. Todo en muy poco tiempo. Recién en China caímos que estamos jugando un torneo de beach internacional", confesó.
Para que se concrete la fusión entre ambos países fue clave la articulación de Guerra Peixe. Desde su rol como formador fue múltiple campeón con su país, y Rossi ponderó la experiencia de ponerse bajo sus órdenes. "Se puede aprender todo. Es un placer tenerlo a él como entrenador. Todas las indicaciones suman y siempre está bueno escuchar a alguien que tiene tanta experiencia y que sabe mucho".
Del mismo modo se refirió a las que son sus nuevas compañeras: "Es positivo estar en la cancha con las brasileras, que son equipo de podio desde hace años, y que tienen un nivel envidiable que nos sirven para aprender", puntualizó.
Dentro del análisis que Rossi hizo en relación con la actualidad del beach handball argentino destacó la necesidad de tener más torneos a nivel nacional para fomentar la competencia interna y desarrollar más y mejores equipos. "Es difícil acercarse al deporte, pero de a poco hay algunos equipos de indoor que en el verano están armando conjuntos de beach para ir a jugar a las competencias que se hacen en el sur todos los años, en Mendoza, en la costa o tan solo de forma recreativa".
De cara a los Juegos de la Juventud que tendrán cita en Buenos Aires en octubre, la seleccionada reafirmó la importancia de aumentar las exigencias. "Este tipo de torneos así, como otros torneos amistosos o tener giras en Europa a la Argentina le hace crecer mucho. No sólo a nosotras, sino también a las juveniles. Si bien se entrena fuerte, seriamente y casi todos los días, no es lo mismo que durante un partido. Siempre decimos lo mismo: el roce de partidos suma experiencia, suma cabeza y es la mejor forma de prepararse previo a un torneo".