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martes 8 de enero de 2019

Última prueba de fuego

La Selección Argentina de Handball Masculina igualó en 26 ante su par de República Checa. Este amistoso sirvió de antesala al debut del próximo viernes ante Hungría en el Mundial de Alemania- Dinamarca.

Era la última prueba fuerte antes del debut en el Mundial de Alemania-Dinamarca. Y la Selección Argentina de Handball Masculina, pese al empate en 26 ante República Checa, lo aprovechó. Es que tuvo buenos pasajes de partido, sobre todo en la defensa, que son importantes mantenerlos para enfrentar a los mejores equipos.


Manolo Cadenas utilizó el partido para darles ritmo a los jugadores que no son habituales titulares. Por eso, en el inicio dispuso de una formación alternativa: Leonel Maciel, Santiago Baronetto, Federico Vieyra, Manuel Crivelli, Lucas Moscariello, Guillermo Fischer e Ignacio Pizarro. Y el equipo, al igual que en el amistoso ante Alemania mostró dos caras. Por un lado una defensa que en gran parte del primer tiempo fue sólida y le cerraba los espacios a los checos. Por el otro una posesión que tenia imprecisiones y que muchas veces se apuraba en la toma de decisiones.


Fischer fue uno de los jugadores que mejor aprovechó los minutos. En defensa, en base a su altura, estuvo siempre sólido y atento a interceptar los disparos, mientras que en el ataque estuvo  efectivo desde los 9 metros. De todas maneras, los Gladiadores se mantuvieron siempre a tiro del empate y se fueron al entretiempo tres goles abajo.



En el complemento, Cadenas continuó con la rotación de jugadores. Pero la argentina entró en un momento de incertidumbre. Una defensa que no era la misma de la primera parte, que dejaba espacios, y  un ataque al cual le faltó ritmo y sorpresa para penetrar en el área. Aunque, por momentos, los extremos circulaban en la transición y aprovechaban para descontar.


Otro de los puntos flojos de la albiceleste y, en los cuales debe mejorar, es en los penales. Esos son errores que en un  partido y, mucho más en un mundial, pueden marcar la diferencia.  Sin embargo, cerca del cierre, el nivel de Matías Schulz, el de los hermanos Simonet y las apariciones de Pizarro por el extremo fueron importantes para llegar al 26 iguales (Sebastián marcó el último gol, de penal, cuando el partido había finalizado).


Lo cierto es que el partido sirvió para ver lo bueno y las falencias del equipo de cara al mundial. Precisamente, los Gladiadores viajarán el jueves a Copenhague y el viernes debutarán ante Hungría por el Grupo D.