21:31
Compartir
domingo 10 de marzo de 2019

No se rinde

San Martín de Tucumán sonrió como visitante con un trabajado 3-1 frente a Huracán y pone presión en la lucha por no descender. Los dirigidos por Ricardo Carusso Lombardi complicaron al Globo, que tambalea en la clasificación a las copas.

Por la fecha 22, el Ciruja se adueñó de tres puntos de oro para seguir prendido a los milagros que los mantengan en la elite del fútbol argentino. En el Palacio Ducó, pisó más fuerte que Huracán en un partido clave en sus aspiraciones.


La urgencia de ir en busca de un grito que le aporte tranquilidad en su lucha desesperada por no descender obligó al Santo Tucumano a presionar desde el minuto cero. De entrada tomó las riendas del choque y propuso el ritmo del juego. De esta forma, y con anticipos profundos, fue como Matías García fue el encargado de abrir el marcador. Con un remate cruzado, venció a Fernando Pellegrino, que poco pudo hacer.


Pero poco tiempo le duró la alegría a la visita: apenas diez minutos más tarde, Andrés Chávez aprovechó su velocidad y potencia para sacar rédito de un pelotazo largo y puso las tablas parciales. El delantero ex Boca sorprendió al fondo tucumano y casi en soledad metió un disparo ajustado para dejar sin aire al arquero rival. 


Apenas algunas reacciones se vieron en el resto de la primera mitad. Con el correr del cronómetro, y ya en el complemento, el Ciruja se acomodó en el territorio contrario. El 2-1 no se hizo esperar, ya que un penal convertido por Nicolás Giménez le puso justicia al tanteador. Arriba en el duelo, la visita se paró de contragolpe y sacó ventaja de las debilidades que se vieron en el Globo. 


El 3-1 llegó a los 71 minutos del partido en una polémica acción en la que Julián Vitale le puso la mano para llevarse la pelota en una distracción del fondo de Huracán, que terminó con la definición de Luciano Pons con el arco vació.


"Si sucede, será un milagro", sentenció Carusso al finalizar el partido en relación con las chances de su equipo para mantener la categoría. Además, se mostró conforme con lo hecho por sus dirigidos, aunque ya piensa en los tres partidos que le restan. Boca, Estudiantes y San Lorenzo. De ganar todo, se quedará en Primera.


Por su lado, la realidad del Globo le dibuja un gesto adusto. Con ilusiona desde el juego y mucho menos de los puntos. Con una cosecha de dos sobre los últimos 18 en disputa, le queda lejos la Libertadores y quedó al borde de caerse de la zona de Sudamericana. Se estancó en 31 unidades, y Unión lo puede pasar si mañana da cuenta de Tigre.