En el Coloso Marcelo Bielsa, el clásico rosarino finalizó empatado 0-0 tras un partido sin muchas emociones. Se pudo rescatar la actuación del arquero Aguerre, quien salvó a Newell’s en reiteradas ocasiones.
En los primeros minutos del clásico de Rosario se pudo ver un partido muy trabado y cortado con poco juego por parte de ambos. Fue el equipo de Héctor Bidgolio el que tuvo la primera situación clara con un cabezazo de Luis Leal al palo izquierdo que fue desviado por el arquero Jeremías Ledesma.
Newell’s logró imponer sus condiciones en el juego durante la primera mitad de este primer tiempo y tuvo situaciones de peligro, aunque con el paso de los minutos el equipo Canalla logró emparejar el encuentro. A pesar de esto, fue una primera etapa en la que no predominaron las situaciones de gol y en la que no hubo un equipo con una clara superioridad sobre el otro.
El segundo tiempo continuó como la primera parte, con pocas chances de gol para ambos en los primeros minutos y mostrándose, sobre todo en el inicio, apurados, lo que permitía que haya un juego impreciso. Si bien los dos buscaban llegar al gol aunque sin tener muchas ideas ni claridad en los metros decisivos, fue el equipo dirigido por el Patón Bauza el que, en los últimos minutos, presionó constantemente a Newell’s, y a partir de esta presión creó situaciones claras de peligro.
Una de las más claras que tuvo el Canalla a lo largo del partido fue a los 38’ de esta última parte con un cabezazo de Germán Herrera que fue atajado por Alan Aguerre, muro contra el que chocó el ataque de Central en reiteradas ocasiones convirtiendo en figura al arquero del equipo local.
En líneas generales, fue un partido chato en cuanto a emociones y muy hablado y trabado por momentos por las reiteradas infracciones cometidas. Ahora ambos deberán cambiar el chip para afrontar sus próximos compromisos. Por el lado de Newell’s, los de Bidoglio deberán medirse por la fecha 19 ante San Lorenzo en El Nuevo Gasómetro, mientras que Central chocará con River entresemana en el marco de un partido pendiente.