Con tan solo 21 años, Naomi Osaka ganó el Abierto de Australia y sumó su segundo trofeo de Grand Slam a su colección, ya que la japonesa supo ser campeona del US Open disputado el año pasado en una recordada final ante Serena Williams. De esta manera, ascendió al primer puesto del ranking y se convirtió en la primera jugadora asiática en subirse a lo más alto. 

Además, encadenó dos títulos de Grans Slams consecutivos, algo que no ocurría en el circuito de la WTA hace cuatro años, cuando Serena Williams fue campeona en 2015 de Australia, Roland Garros y Wimbledon.  También logró ser la jugadora más joven en obtener dos títulos de los cuatro grandes. Cabe recordar que el año pasado ganó Indian Wells tras imponerse en la final a la rusa Daria Kasatkina en un contundente 6-3 y 6-2 y en 2017 sorprendió al eliminar a la entonces primera del ranking Angelique Kerber del US Open 2017 6-3 y 6-1.

No fue para nada sencillo el encuentro definitivo en Melbourne para Osaka, que necesitó de dos horas y 27 minutos para derrotar a Kvitova en un partido cambiante. En el primer parcial recién pudo conseguir la diferencia en el tie break y en el segundo set estuvo al borde del triunfo, pero no consiguió concretar ninguno de los tres match points que dispuso y cayó por 7-5. En el tercero, arrancó abajo en el marcador pero se sobrepuso y quebró en el tercer game para mantener la ventaja durante el resto de la final y llevarse la victoria por un 7-6(7-2), 5-7 y 6-4.

De esa manera, Osaka levantó el trofeo en Melbourne y se consagró campeona de Australia, siendo la primera japonesa en lograrlo. La tenista asiática, que le agrega carisma a un juego vistoso, desplazó a Simona Halep del primer escalafón del ranking y dejó de ser una promesa a futuro para convertirse en una realidad, y aún tiene toda la carrera por delante para continuar encadenando éxitos.