Hubo que esperar hasta que los comisarios deportivos dieran por oficializado el resultado final, pero lejos de cambiar el destino solo terminaron de confirmar lo que ya se había festejado en el podio. Aquel Abrazo entre Franco Girolami con Néstor Girlomani quedará para siempre como ícono de la conquista que se vivió este mediodía en el autódromo de la ciudad cordobesa. El representante del equipo GF Racing logró su primer título grande en el automovilismo deportivo.
La carrera estuvo envuelta de una épica acorde a la definición esperada. Canapino desde la punta tenía todo para ganar, pero en la largada el Mitsubishi dio la primera estocada para adueñarse del liderazgo de la carrera y empezar a acercarse a las chances matemáticas para quedarse con la corona del Top Race.
Lejos de quedarse en el molde y especular el piloto arrecifeño le intentó dar caza al puntero y tuvo que esperar hasta las detenciones en los boxes para adelantarlo. Con un mejor manejo de la estrategia, Canapino se puso adelantes, pero no contaba con la notable tarea de Nésto Girolani con si modelo Ford. El otro contendiente en la pelea por el campeonato se deshizo de Caito Rissati y salió victorioso del trazado cordobés, aunque la polémica de la prueba estuvo en una maniobra en la que Martín Ponte lo acusó de ser el causante del incidente, lo que provocó una investigación posterior por parte de las autoridades de la competencia.
Los puestos finales dieron como campeón a Franco por apenas una unidad. Ese punto podría cambiar en el caso que la CDA sancione al ganador, pero al desestimarse el reclamo se confirmó el resultado que se vivió con la bandera a cuadros. Los hermanos, que en la previa habían manifestado que no iban a favorecerse, terminaron por jugar un rol importante en el cierre de la temporada.
Fue el primer logro importante de Girolami en las categorías nacionales, en el mismo fin de semana en el que se consagraron Gastón Crussita en el Top Race Series y Santiago Piovano en el Junior de la divisional.