Las Gigantes volvieron a jugar un partido mundialista después de 8 años. Fue derrota 63-37 ante Turquía, uno de los dos rivales difíciles del grupo B, y una potencia europea que hace una década que ronda por los 8 mejores del ránking FIBA.
Clave para las europeas fue la diferencia física que había sobre todo en la pintura, algo que se notó ni bien empezado el partido con Quanitra Hollingsworth provocando que las internas argentinas se carguen de faltas por intentar controlarla.
Pese a los dos triples de Débora González, la ventaja rápidamente fue para Turquía, que terminó el primer parcial 19-11. En la primera parte del segundo se visibilizaba una recuperación producto del esfuerzo de las Gigantes por recuperar terreno y un buen ingreso de Macarena Rosset. Pero después de ponerse 27-20, los últimos 4 minutos no tuvieron ningún punto argentino y al descanso volvió a estirarse: 33-20.
La misma complicación en la ofensiva siguió en el tercer cuarto, donde la Argentina metió sólo 4 puntos como equipo y ahí el partido ya tomó una diferencia decisiva, con Tilbe Senyürek y Bahar Caglar como las goleadoras del plantel turco con 13 y 12 respectivamente en el encuentro.
En el último cuarto, la Argentina ganó 13-12 con el atenuante de que el marcador ya haya estado resuelto. Igualmente, las 12 dirigidas por Cristian Santander tuvieron minutos ante un rival duro y superior en el aspecto físico, como para intentar crecer en ritmo y en juego en los próximos dos compromisos.
Mañana desde las 7 (hora local), las Gigantes jugarán ante Australia, el otro top 10 FIBA del grupo, buscando dar el golpe que podría acercar a este equipo a la siguiente fase. Y el martes, cerrarán el grupo ante Nigeria, rival a priori más accesible pero que es el campeón africano.