Los dos seleccionados tienen estilos tan marcados como opuestos y se evidenció desde el arranque. Rusia apostó por los pases largos, preferentemente para el delantero de 1,94 metros de altura, Artem Dzyuba. Los envíos iban acompañados del adelantamiento de los mediocampistas, para capturar la segunda jugada y armar ataques rápidos y directos.
Así llegó la apertura del marcador, a los 39 minutos. Luego de un pase largo, Denis Cheryshev tomó un rebote, tiró una pared con Dzyuba y abrió su pie izquierdo desde afuera del área, para poner con la cara interna de su pie la apertura del marcador y dejar prácticamente parado al arquero Danijel Subasic.
La fórmula de Croacia consistió en la elaboración y en la paciencia, en intentar manejar la pelota desde sus volantes centrales, Ivan Rakitic y Luka Modric. Sin embargo, en el primer tiempo no logró conseguirlo, ya que tanto Dzyuba como Aleksandr Golovin estuvieron atentos a los mediocampistas del Real Madrid y del Barcelona en la salida de los balcánicos y estos no pudieron imponer su juego.
No obstante, a los 39 minutos y en el peor momento de Croacia, la defensa de Rusia quedó mal posicionada en el sector derecho, Mario Mandzukic llevó la pelota hasta el fondo de la cancha y tiró un centro atrás favorable para la llegada de Andrej Kramaric, que estampó el empate lanzándose de palomita.
El complemento comenzó con los anfitriones cometiendo algunas fallas defensivas que provocaron aproximaciones de los croatas, como el remate en el palo de Iavn Perisic a los 60. De todas formas, los balcánicos no pudieron concretar ninguna situación de riesgo. Con el correr de los minutos, Rusia se acomodó y se replegó completamente para apostar a un contraataque que lastime a su adversario, pero tampoco ocurrió. Así, los 90 minutos reglamentarios transcurrieron sin que ningún seleccionado pudiera adelantarse en el marcador.
Si algo le faltó al complemento fue emoción, que fue lo que le sobró al alargue. A pesar del lógico cansancio y la baja de la intensidad en el ritmo de juego por el lado de los dos equipos, el tiempo suplementario no dejó lugar al despiste para el espectador. A los 101 minutos, tras un córner, Domagoj Vida saltó más que cualquiera y cabeceó a contra pierna del arquero Igor Akinfeev.
Sin embargo, lejos de caerse ante la adversidad, Rusia llegaría al empate a los 114 minutos de juego. Tras una mano cerca del área, Alan Dzagoev ejecutó un tiro libre a la cabeza de Mario Fernandes para igualar el encuentro y mandarlo directamente a la definición por penales.
La serie arrancó igualada, con un penal convertido y uno errado por lado en los primeros dos lanzamientos. Fedor Smoloy y Mateo Kovacic fueron los que fallaron, ambos atajados por los arqueros. El desequilibrio llegaría en los siguientes disparos. Fernandes tiró rasante y desviado mientras que Modric consiguió anotar el suyo, con un poco de fortuna. A partir de allí, los jugadores no fallaron más sus respectivas ejecuciones pero a Rusia ya no le alcanzó.
Rakitic, encargado de liquidar la serie con el último penal, y Subasic, lesionado durante el partido pero que logró atajar un disparo, fueron los héroes de una Selección que volverá a disputar las semifinales de una Copa del Mundo tras 20 años. Ante Inglaterra, Croacia se jugará el pasaje a la final y a la historia grande de este deporte.