El regreso de una prueba de renombre a las calles de Suiza tras 60 años fue el marco histórico ideal para empezar a cerrar una nueva temporada de la Fórmula E. El brasileño del equipo oficial Audi se adueñó de un importante triunfo para enderezar el tramo final del campeonato. A falta de la doble fecha de la ciudad norteamericana, todavía Jean Eric Vergne no puede celebrar.
Una partida limpia fue el arranque de una exigencia que no tuvo grandes sobresaltos. Más allá de la pobre actuación del líder del campeonato, Vergne, que sólo cosechó una unidad, los puestos de vanguardia estuvieron manejados con cautela por los más encumbrados. Alternando con Mitch Evans, André Lotterer y Nelson Piquet, el puntero de la carrera estableció una tranquilizadora diferencia, que logró sostener después de la parada en boxes para el cambio de monoposto.
Para el representante argentino no fue un buen domingo. De mayor a menor, José María López comenzó adelantando autos en la partida, pero finalmente arribó lejos de los puntos en el puesto 12. Tras un andar irregular y con un elemento con menos potencial que los de sus rivales, el cordobés no pudo mantenerse competitivo y no pudo sumar para aumentar su faena en la temporada.
Con dos capítulos por delante y ya con la mente puesta en la próxima temporada, en la que se estrenará la nueva generación de autos, le Fórmula E se empieza a despedir. Jean Eric Vergne tiene las chances más altas con su equipo Teechetah de quedarse con la gloria. El francés se quedó con 163 unidades, pero es Bird el que le quiere estropear la fiesta. El británico del Ds Virgin se acomodó con 140. En Estados Unidos, el 14 y 15 de julio se cierra acción.