La jornada de semifinales de Rolan Garros no dio lugar a sorpresas, ya que tanto Rafael Nadal como Dominic Thiem, favoritos a triunfar en sus partidos frente a Juan Martín Del Potro y Marco Cecchinato respectivamente, ganaron en sets corridos y se enfrentarán en la final del segundo Grand Slam del año el domingo.
En el primer turno, el austríaco número 8 del ranking se impuso ante su par italiano por 7-5,7-6(10) y 6-1. Las primeras dos mangas resultaron muy parejas, con un Cecchinato que venía con la confianza en alza por los resultados positivos que logró contra Pablo Carreño,David Goffin y Novak Djokovic, pero Thiem limitó las chances de quiebre de su oponente, que tuvo solamente dos y no las aprovechó. En el tercer set, el 72 del ranking decayó en su juego y no consiguió ofrecer mucha resistencia.
El segundo partido del día tenía como protagonistas a Nadal y a Del Potro. El mallorquí partía como favorito por jugar en la superficie en la que mejor se siente y en el torneo que supo obtener en 10 oportunidades. Además, el polvo de ladrillo no favorece al tandilense, ya que no puede exhibir de la misma manera que en canchas rápidas la potencia de su saque y su derecha. No obstante, Delpo siempre es candidato a dar la sorpresa. No fue el caso, ya el español ganó por 6-4,6-1 y 6-2.
Con el primer set en transcurso, Juan Martín se encontraba 4-4 con posibilidad de quebrar el saque de su adversario. Sin embargo, no lo pudo concretar y posteriormente Nadal se quedaría con la manga tras materializar su chance de break. A partir de allí, el número 1 del mundo arrasó y concretó su pase a la final sin mayores dificultades. De todas formas, no todo es negativo para el argentino, ya que a partir del lunes escalará al cuarto puesto del ranking, el mejor que supo alcanzar en su carrera.
Nadal volverá a disputar una final de Roland Garros, y la chance de sumar su decimoprimer título en este certamen está cada vez más cerca. En frente, tendrá a Thiem que luego de caer en semifinales en 2016 y 2017, pudo acceder por primera vez al último partido y pese a no ser el candidato, sabe lo que es derrotar a su contrincante en polvo de ladrillo, como hizo en Roma 2017 y Madrid 2018.