Con la asunción de Mauricio Macri en 2015, la gran incógnita en materia de política deportiva era como sostener un plan presupuestario que ayude a las demandas de los atletas argentinos, especialmente los pertenecientes a deportes amateur, para desempeñarse en el nivel de la elite mundial. Cuatro años después, con peores indicadores económicos, esta pregunta vuelve a estar latente.

A nivel económico, Alberto Fernández asumirá la presidencia en diciembre con la promesa de llevar alivio y buscando que el país vuelva a crecer, algo que le presentó serias dificultades a los últimos dos mandatarios. El deporte argentino aguarda para ver cuál será el nivel de apoyo conseguido, con grandes desafíos por delante, ya que el calendario mundial no se detiene.

El ENARD (Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo) se convirtió, en tan sólo 10 años de actividad, en un organismo vital para el deporte amateur argentino. Sus apoyos económicos planificados en base a la preparación para las competencias mundiales hicieron posibles grandes logros para muchos atletas que, de otra manera, no hubiera podido lograrlo, ya que el máximo rendimiento deportivo necesita tener detrás una acorde financiación (y muchas veces equipamiento acorde) para lograrlo.

Con algunas polémicas y con distintas visiones sobre si el ENARD debía becar a los atletas basados más sobre la proyección a alcanzar metas o sobre resultados ya conseguidos, este ente siguió funcionando en dos gobiernos que todavía se reconocen como antagónicos. Pero así como el presupuesto bajó los últimos años por recortes económicos, por delante están los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020, y los Juegos de la Juventud de Dakar 2022. La preparación de los atletas para estos grandísimos eventos muchas veces se fundamenta en poder ser financiados para ello.

Por otro lado, el futuro de la ahora Agencia Nacional del Deporte está en juego. A lo largo de su historia, el peronismo apostó muy fuerte por el deporte nacional, por lo que cada vez crece el rumor de la derogación del decreto que degradaba lo que antes era la Secretaría de Deporte, para que retome su status previo mientras se discute quién será el que esté al frente.

Mientras el deporte amateur reclama y espera por ser mejor cuidado en el futuro, el fútbol también será parte de la discusión para el gobierno entrante. Mientras que el plan Fútbol Para Todos parece no tener lugar por el contrato que tiene la Superliga con Fox y Turner, está por verse la posición en cuanto a la pugna por ser parte de la organización del Mundial de 2030.

Actualmente, la Argentina está postulada de manera conjunta con Uruguay, Paraguay y Chile, pero para la FIFA la discusión por quién será la sede comenzará después de 2022. Sudamérica tiene dos posibles sedes, mientras que también se postularon países europeos, africanos y asiáticos. El hecho de no ser la única sede aliviaría un poco el costo de traer un evento de la magnitud de un Mundial de fútbol, pero con la situación económica del país se verá qué es lo que prioriza Fernández, o lo que cree mejor en su momento.

El paso de un gobierno a otro que se define como su antagónico trae un manto de expectativas y de cierta incertidumbre en el ámbito deportivo (así como en muchos otros). En los deportes profesionales puede pasar desapercibido este cambio, pero en los que son netamente amateurs, sobre todo después de los Juegos Olímpicos de Tokyo del año próximo, se notará cualquier mínimo ajuste o cambio, ya que los atletas muchas veces dependen no sólo de ellos mismos sino también de la ayuda que se les dé para que alcancen sus objetivos.