Solo dos minutos de juego transcurrieron hasta que en una salida que parecía tranquila y habitual, Thilo Kehrer tocó mal hacia atrás y Romelu Lukaku se avivó, le ganó a Thiago Silva y mano a mano frente al histórico Gianluigi Buffon optó por eludirlo y definir para poner el 1-0. No obstante, París Saint-Germain lejos estuvo de mostrarse decaído ante la adversidad y continuó con su estrategia inicial.
Con un buen manejo de pelota, atacando con mucha gente y soltando a los laterales constantemente, el conjunto francés disminuyó a su rival y lo dominó ampliamente, impidiéndole tomar el balón y también convirtiéndole, ya que Dani Alves tocó para Kylian Mbappé, que tiró una diagonal de adentro hacia afuera y centró hacia adentro por abajo, lo que permitió que el autor del tanto, Juan Bernat, solo tuviera que empujarla.
Manchester United tuvo una virtud y fue la efectividad para aprovechar errores del rival y concretar sus oportunidades. Luego de unos minutos de equilibrio, en los cuales el equipo inglés pudo asociarse más y disputar el encuentro más lejos de su arquero David de Gea, convirtió el segundo. Marcus Rashford remató de afuera del área y Buffon dio un rebote que tomó Lukaku para poner el segundo.
En el complemento París Saint-Germain se dedicó a mover la pelota por lo largo y ancho del terreno de juego con paciencia, buscando encontrar el espacio para meter la puntada final y liquidar la serie. Manchester United, por su parte, se agrupó atrás intentando recuperar u salir rápido para encontrar al elenco parisino mal posicionado. Sin embargo, ninguna de las dos intenciones fue concretada con éxito.
Por ello, la gran emoción llegó en el cierre del encuentro, en los minutos finales. El VAR fue protagonista y colaboró para que una mano de Presnel Kimpembe dentro del área fuera sancionada. El zaguero interceptó un disparo con su brazo y Rashford ejecutó con precisión para poner el tercero, dar vuelta la serie y depositar al Manchester United entre los ocho mejores equipos de la UEFA Champions League.