Andy Murray cerró la temporada del 2016 de la mejor manera: primero del ranking mundial y campeón del ATP World Tour Finals tras vencer contundentemente a Novak Djokovic. No obstante, no consiguió disfrutar demasiado tiempo de su posición ya que su cadera le jugaría una mala pasada meses después y conllevaría a una serie de disgustos e irregularidades dentro de la cancha.
El primer período de inactividad del escocés comenzó luego de Wimbledon 2017. En el certamen llegó hasta cuartos de final, instancia en la que fue derrotado por el estadounidense Sam Querrey en 5 sets, siendo los dos últimos por 6-1 para el americano. El número uno del mundo por ese entonces acusó dolores en su cadera y manifestó que no podía competir en plenitud, por lo que decidió en primera instancia evitar la operación y buscar sin éxito otras alternativas.
Murray no consiguió salvarse del quirófano y luego de haberse ausentado el resto de la temporada del 2017 fue operado en enero de 2018. La rehabilitación le demandó seis meses, por lo que logró volver a competir en la gira de césped, tal y como se lo propuso inicialmente luego de ser intervenido. Su reaparición fue en Queen’s y del otro lado de la red tuvo a Nick Kyrgios como rival, que lo derrotó en 3 sets. Sin embargo, pese a la caída, el británico no había dado muestras de dolor y parecía estar bien físicamente.
Su primera victoria llegó en la semana siguiente ante el suizo Stan Wawrinka en Eastbourne pero perdió en su segundo encuentro contra Kyle Edmund. Se venía Wimbledon, pero Murray manifestó que aún tenía dolores en su cadera y que jugar al mejor de cinco sets no iba a ser lo mejor para su recuperación, por lo que decidió enfocarse en la gira norteamericana sobre cemento y no disputar el tercer Grand Slam del año.
Por ello regresó en Washington y logró hilvanar tres triunfos, llegando a cuartos de final, pero decidió bajarse del certamen por cansancio y no disputar el Másters 1000 de Toronto para cuidar su cuerpo. No obstante, Murray no iba a contar con muchos partidos más en la temporada. Fue eliminado en primera ronda en Cincinnati, en segunda en el US Open y la mala fortuna volvió a jugarle una mala pasada en Shenzen, en donde sufrió una lesión en el tobillo que lo forzó a ponerle punto final a su temporada a fines de septiembre.
El británico, actualmente ubicado en el puesto 240 del ranking ATP, retornó este año con un triunfo en Brisbane frente a James Duckworth pero las irregularidades continuaron ya que fue eliminado al siguiente encuentro por el ruso Daniil Medvedev. Murray apunta a que el 2019 sea el año de su vuelta definitiva al circuito y el Abierto de Australia será el primer gran desafío para el ex número uno del mundo, que necesita volver a competir en plenitud.