No fue un año más para el tenis de mesa argentino. La importancia de los torneos que se jugaron contribuyó a que este deporte pueda seguir apostando a su crecimiento. Y entre todos los representantes de la Selección, Camila Argüelles se quedó con dos medallas en campeonatos muy importantes como lo fueron unos Juegos Odesur y un Panamericano, en ambas ocasiones en el dobles.
Este 2018 “fue muy intenso, con muchos viajes, y lo disfruté mucho”, comentó Argüelles, que admite ver un crecimiento en su juego a nivel personal y a su vez destaca como los dos logros más importantes del equipo argentino el subcampeonato latinoamericano y la clasificación a Lima 2019. “En estos últimos años crecimos, y ya no es sorpresa que estemos peleando por el podio en los torneos continentales”.
La jugadora de 28 años representa a la Selección desde el 2013, y sus viajes no son un tema menor ya que vive en Francia. “Desde que terminé mi carrera (es Doctora en Biología Celular y Desarrollo) es todo mucho más fácil, antes trabajaba y tenía que tomarme vacaciones para participar de los torneos”. Poder acomodarse al cambio de horarios y a su vez descansar correctamente es probablemente un desafío mayor que para el resto del equipo cuando se juega en Sudamérica.
Uno de los mayores logros de Camila Argüelles de este 2018 fue subirse al podio junto a Horacio Cifuentes en los Juegos Suramericanos de Cochabamba a mitad de año. “La altura me jugó una mala pasada y me costó acomodarme. Casi quedamos afuera en la primera ronda, pero seguimos adelante y perdimos 4-3 con Brasil, pero la verdad que fue una gran alegría lograr el bronce en este contexto”.
Su compañero de dobles es el más joven del equipo, pero su presente es muy destacado. “Es un jugador muy inteligente y tiene mucho futuro. Ya está escribiendo la historia de nuestro deporte, y si bien ya tuvimos jugadores Olímpicos como Pablo Tabachnik y Liu Song creo que él también puede llegar”.
El mes pasado, el objetivo más grande del equipo argentino pensando en el próximo año se logró. La Argentina logró clasificar a Lima en la competencia por equipos del Panamericano de Santiago de Chile, y Camila Argüelles junto con Ana Codina lograron la medalla de bronce en dobles femenino, al igual que Gastón Alto y Horacio Cifuentes en el masculino. Cifuentes dio la nota, siendo subcampeón y obteniendo el mejor resultado de un singlista argentino en este tipo de torneos.
“Este fue el torneo con más incógnitas que llegué a jugar”, analizó Argüelles. “Tengo una lesión en el pie derecho que me impide entrenar desde octubre y seguía sin poder jugar a días del torneo. Cuando llegué a Buenos Aires, los médicos del CeNARD hicieron todo para que pudiera competir, ya la verdad que me salvaron. Por suerte pudimos cumplir con los objetivos que teníamos”.
Sin dejar de destacar la difusión que se logró en los Juegos Olímpicos de la Juventud, que fue “una excelente oportunidad para darle visibilidad a nuestro deporte”, la jugadora de la Selección Argentina cree que el tenis de mesa creció bastante en los últimos años, pero que en la rama femenina la situación es distinta. “No es un caso aislado el de nuestro país. En todos se hace difícil captar al público femenino, pero creo que hay un trabajo muy importante para hacer en cuanto a la promoción de nuestro deporte”.
Lima 2019 todavía está algo lejos, pero Camila Argüelles ya se permite pensar en que las expectativas serán distintas a Toronto 2015, donde ella también participó. “Realmente tenemos chances de lograr medallas en los Juegos, lo que sería histórico”. Tenemos buenos dobles que siempre llegan a los podios continentales, y el campeonato de Chile nos dejó la sensación de poder buscar más de lo que logramos”. En el mixto creo que podemos llegar a ganar una medalla con Horacio, y en el femenino con mi compañera y amiga Ana Codina venimos teniendo un buen rendimiento”.
“Hay un sueño que todo deportista de alto rendimiento comparte, que es el de participar de los Juegos Olímpicos”. Con Tokyo 2020 esperando, en Lima tanto Argüelles como el resto del equipo argentino tendrá la oportunidad de buscar una medalla que no sólo traiga mucha alegría, sino también que acerque la posibilidad de ese sueño que todos tienen y que tanto cuesta alcanzar.