Diego Schwartzman comenzó el 2018 con un importante desafío: mejorar la gran temporada que había tenido en 2017, en la cual logró cuartos de final en el US Open con victoria ante Marin Cilic incluida y se insertó entre los mejores 30 del mundo. Pese a tener un arranque de año esquivo, El Peque se destacó en torneos importantes de polvo de ladrillo y mantuvo una gran regularidad que le permitió tener su mejor año tenístico.
Los primeros torneos, Brisbane y Sydney, no fueron los mejores para el tenista argentino, pero en el primer gran desafío, el Abierto de Australia, Schwartzman dio la talla y alcanzó su mejor instancia en el primer Grand Slam del año, en donde cayó ante Rafael Nadal en cuarta ronda.
En la gira latinoamericana de polvo de ladrillo, El Peque que llegó a los cuartos de final en el Abierto de Buenos Aires y consiguió uno de sus mayores logros, que fue consagrarse campeón por primera vez en un ATP 500, el de Río de Janeiro, con triunfo sobre Fernando Verdasco en la final. Además, de yapa, quien le entregó el trofeo fue el ex número uno del mundo Guga Kuerten.
Con la tercera ronda en el Masters 1000 de Miami como resultado más rutilante en la gira norteamericana de cemento de febrero-marzo, Schwartzman afrontó un el desafío de jugar la Copa Davis con el objetivo de volver al Grupo Mundial siendo el mejor rankeado del equipo. En la serie ante Chile disputada en San Juan el porteño se impuso sobre Nicolás Jarry y Christian Garin y Argentina ganó por 3-2.
Uno de los mejores momentos del Peque en el año fue en Roland Garros, ya que en el certamen parisino llegó por primera vez a los cuartos de final con una victoria ante el top ten Kevin Anderson incluida. Su verdugo fue nuevamente Nadal, especialista en polvo de ladrillo. Schwartzman estaba jugando un gran partido y logró llevarse el primer set ante el manacorí, pero la lluvia y la suspensión lo perjudicó, porque en la reanudación Rafa recuperó su nivel y se quedó con la victoria.
No obstante, el jugador de un metro setenta consiguió subirse al puesto número 11 del ranking mundial por primera vez y estuvo a las puertas de ser top ten. En la serie sobre césped, se destaca su segunda ronda en Wimbledon, ya que fue su mejor resultado tras no haber logrado imponerse nunca en el All England.
Luego de una tercera ronda en Toronto y una primera vuelta en Cincinnati llegó el último Grand Slam del año, el US Open. Allí, El Peque cayó en tercera ronda ante el japonés Kei Nishikori. Tras el paso por Flushing Meadows,volvió a tener una gran performance en Copa Davis (4-0 frente a Colombia) y fue parte de la Rod Laver Cup, el certamen de exhibición que reúne a muchos de los mejores tenistas del circuito.
El tramo final fue el más flojo del año, ya que su mejor resultado fueron las semifinales en Amberes. La derrota contra el alemán y número 5 del mundo Alexander Zverev en el Masters 1000 de París marcó el final de una temporada para el recuerdo, en la cual El Peque se asentó en el top 20 y se lleva un importante título en Río de Janeiro y memorables actuaciones en torneos trascendentes. Ahora, vendrá el desafío de seguir creciendo como profesional y ¿por qué no?, seguir ampliando sus resultados positivos.