El arranque del Liverpool fue frenético, con un ritmo altísimo para mover la pelota y presionar ante las pérdidas. Con volantes que llegaban y laterales que se sumaban al ataque, Los Reds generaron mucho peligro, pero se encontraron con buenas intervenciones del arquero Alphonse Areóla. Sin embargo, cuando parecía que PSG emparejaba las acciones, un cabezazo de Sturridge tras un centro de primera de Andrew Robertson aventajó a los dirigidos por Jurgen Klopp.
El gol reactivó al equipo local y recuperó el vértigo de los primeros minutos. Incluso aumentó la diferencia, ya que una infracción dentro del área de Juan Bernat sobre Georginio Wijnaldum derivó en un penal correctamente sancionado. Milner fue el encargado de la ejecución y con un remate fuerte y colocado estableció el 2-0
No obstante, las emociones no finalizaron ahí. El conjunto parisino consiguió descontar antes del final del primer tiempo mediante un disparo de zurda de Meunier, que aprovechó un rebote dentro del área y llenó de incertidumbre al público que asistió a Anfield.
En el complemento, París Saint-Germain no jugó bien. Sus atacantes, Neymar, Edinson Cavani y Mbappé, se encontraron aislados del resto del equipo y encima debieron intentar desequilibrar individualmente ante una defensa y un mediocampo que no dudó a la hora de trabar y poner la pierna fuerte. Los volantes del conjunto francés no fueron apoyo en ofensiva.
Liverpool, por su parte, llegó con facilidad a tres cuartos de campo rival, pero careció de claridad para definir el encuentro en los metros finales. Mohamed Salah y Sadio Mané estuvieron muy por debajo de su rendimiento habitual y Los Reds lo sintieron.
A los 82 minutos, cuando parecía que PSG se encontraba lejos de empatar, no por el resultado sino por lo mostrado en cancha, aparecieron las individualidades. Una conducción de Neymar en velocidad finalizó en una disputa con los defensores y la pelota le cayó a Mbappé, que sin dudarlo vulneró a Alisson Becker y consiguió la igualdad.
Luego de la acción, Liverpool salió a buscar el triunfo pero no tenía claridad. Sin embargo, aún quedaba tiempo para la mejor jugada de la noche, la que haría estallar Anfield. Firmino tomó el balón, amagó a un disparo ante la marca de Marquinhos, enganchó y remató para poner el 3-2 final con una genialidad. El conjunto inglés fue superior en líneas generales y se queda con la victoria en el debut.
En el otro partido del Grupo C, Napoli empató sin goles en Belgrado contra Estrella Roja, el rival que a priori parece ser el más accesible de la zona. El equipo italiano remató 20 veces al arco rival y dispuso de la pelota casi todo el encuentro, pero no fue suficiente para llevarse un mejor resultado.