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lunes 23 de julio de 2018

“Nos fuimos dando cuenta de que estábamos para mucho más”.

Lanús se quedó con uno de los dos ascensos directos a la máxima categoría del fútbol femenino. Sofía Giannini, una de las jugadoras del Granate, y Karina Medrano, la directora técnica del equipo, hablaron de cómo se vivió la exitosa temporada.

Lanús se anotó para competir en el fútbol femenino la temporada pasada por primera vez. Sorpresivo o no para un equipo que da sus primeros pasos, consiguió uno de los ascensos a la máxima categoría luchando hasta el final y teniendo que jugar un desempate ante Real Pilar.


Lo que produjo el Granate se explica también con algunos datos alentadores. Fue el equipo con mayor diferencia de gol, y tuvo una de las vallas menos vencidas, consiguiendo una gran cantidad de victorias entre las que se destaca la lograda ante Independiente, que amenazaba con ser campeón invicto.


Karina Medrano no sólo fue la entrenadora de Lanús para conseguir el ascenso, sino que fue la única mujer en ese puesto en todo el fútbol femenino. Ya había armado de cero en el 2015 al conjunto femenino de El Porvenir, también con un desenlace exitoso, y así llegó a su actual cargo. “Por ese trabajo me llamaron de Lanús, y tuve suerte nuevamente de poder ascender al equipo que armamos desde cero partiendo de la misma premisa, armando un equipo competitivo”.



Con un armado del equipo desde cero desarrollando al mismo tiempo la escuela del club, se fue conformando el plantel. “Durante las pruebas, designábamos gran parte del entrenamiento a hacer fútbol como para que tengan ruedo y de paso poder verlas, para ver quién estaba mejor para cumplir las funciones adentro de la cancha”, cuenta la DT, que junto a su equipo de trabajo también tuvo que ocuparse de reclutar a las jugadoras correctas para su idea de juego.


Dentro de ese equipo, Sofía Giannini jugó su primer año oficial de fútbol femenino, y por si fuera poco ya experimentó lo que significa ascender: “Personalmente fue una experiencia única. Y para el equipo, lograrlo en el primer año fue algo muy lindo porque se armó un hermoso grupo. Nos costó muchísimo, en un torneo duro y larguísimo, hasta el último partido no sabíamos si íbamos a ascender o no. Ganar el desempate fue hermoso”.



La mediocampista del Granate se enteró de las pruebas que hacía el club por un anuncio que se emitió por los parlantes del estadio Néstor Díaz Pérez, en medio de un partido del equipo masculino. Quedó en el plantel, y se comenzó a formar una unión que ella misma elogia. “Al principio éramos todas desconocidas. Se formó un grupo muy unido, muy compañero. No se vieron muchas diferencias entre nosotras, y ante las adversidades que tuvimos durante el torneo, siempre el equipo estuvo por encima de cualquier cosa. El grupo humanamente es increíble, las chicas tienen valores muy lindos, y eso nos llevó a lo que logramos, que fue el ascenso”.


Inicialmente, desde la institución el objetivo era asentar el equipo femenino y formar un proyecto duradero, a pesar de que Medrano llegó con la intención de repetir lo que había logrado al mando de El Porvenir, y hacer historia rápidamente. Para Giannini, “a medida que fue pasando el torneo nos empezamos a plantear de que estábamos para mucho más” y todo terminó en festejos al final del torneo.


La entrenadora, que reconoce la dedicación y el trabajo de sus dirigidas como uno de los puntos salientes de la última campaña, ya piensa en lo que se viene: “El objetivo será hacer el mejor torneo posible. Estamos en un proceso de formación, prestándole mucha atención a la escuela para lograr crear nuestro propio semillero, y también buscamos ir conformando un equipo lo más profesional posible, para que cuando el fútbol femenino se profesionalice, estemos lo más preparados posible”. 



Así como Medrano destaca por ser la única entrenadora de los torneos oficiales femeninos la última temporada, Giannini rompe un poco con el preconcepto de que es imposible hacer más de un deporte a la vez. Además de jugar al fútbol, también jugó desde chica al básquet, llegando a representar a la Argentina, por ejemplo, en el torneo FIBA Americas 2016 en la posición de base. La clave, para ella, es la responsabilidad con la que uno encara cualquier deporte o actividad que se esté dispuesto a hacer.


Lanús va a encarar su segundo año en el fútbol femenino AFA, y el primero en la máxima categoría. Buscará seguir creciendo, mientras se mide por primera vez ante grandes equipos, algunos de los cuales han competido internacionalmente en los últimos años. Se verá hasta dónde puede llegar con el impulso del ascenso.