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miércoles 18 de octubre de 2017

#MeToo: McKayla Maroney se sumó a la ola de denuncias por abuso

En sus redes sociales, la gimnasta olímpica y ex campeona del equipo norteamericano en Londres 2012 relató como sufrió en carne propia un ataque sexual por parte de un médico de deportivo.

En los últimos días y a raíz de los casos que salieron a la luz que involucran al poderoso productor de Hollywood Harvey Wenstein, comenzó en Estados Unidos una campaña para que las mujeres se atrevan a denunciar de forma abierta a sus agresores. Así nació #MeToo (a mí también), y el deporte no se quedó afuera de la lucha por el fin de este flagelo.

Maroney se hizo famosa a nivel mundial por una historia mucha más risueña: en los Juegos Olímpicos de la ciudad inglesa la californiana se tuvo que conformar con la medalla de plata en la prueba de salto y no reparó en ocultar su descontento con una mueca en el podio que dio la vuelta al globo. Pero hoy, lejos de los entrenamientos y más cerca de las portadas fashionistas, se animó a contar una supuesta experiencia con el médico Larry Nassar.

"Yo tenía el sueño de ir a un Juego Olímpico, pero las cosas que tuve que soportar para llegar fueron innecesarias y desagradables", sentenció. En su carta abierta reveló que fue abusada por el doctor Nassar, parte del cuerpo profesional de la Federación Norteamericana de Gimnasia hasta que en 2015 fue despedido cuando fue acusado por una denuncia formal de una niña de 13 años.

La deportista contó que en sus inicios en la práctica de la disciplina, Nassar le dijo que le iba a aplicar "el tratamiento necesario que había estado realizando en pacientes por más de 30 años".

"Comenzó cuando tenía 13 años, y no paró hasta que abandoné el deporte", confesó la deportista sobre la insistencia de los abusos y coincide con los otros casos que hay en la justicia de Estados Unidos. Además, relató que los episodios también le sucedieron en Londres, luego de su recordada medalla plateada.

"La noche más terrorífica de mi vida me pasó cuando tenía 15 años. Viajé durante todo el día con el equipo para llegar hasta Tokyo. Él me había dado unas pastillas para el vuelo, y la única cosa que recuerdo es que estaba sola en su habitación del hotel siendo tratada", detalló en alusión a la presunta práctica que el médico acostumbraba a decir.

Después de tanto horror, la gimnasta no pierde el optimismo a la hora de dar a conocer estos casos de abuso. En forma de mensaje de esperanza, Maroney cree que es posible que las víctimas vuelvan a tomar el poder de sus vidas. "Nuestro silencio se lo da a estas personas por mucho tiempo. Es momento de recuperarlo", sostuvo y cerró: "Nunca es tarde para denunciar".