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viernes 6 de octubre de 2017

El panorama desalentador es el mismo que antes de Perú

El empate sin goles preocupa, pero la falta de juego y de gol viene hace tiempo. A pesar de haber dejado pasar el partido más importante, la Argentina puede asegurarse como mínimo un repechaje tan sólo ganando el último partido, que será en Ecuador. Nota de opinión especial para Línea de Fondo.

Con el empate sin goles ante Perú, el optimismo con el que se vivía cambió a un casi total pesimismo, pese a que la Selección Argentina sigue dependiendo de sí misma. Técnicos con ideas opuestas, cambios dirigenciales y convocatorias con jugadores que entran y salen ante cualquier mínimo error o acierto, nos llevaron a la situación en la que estamos parados. Y todavía podemos ir a Rusia.

Es cierto que el partido de local ante Perú en los papeles parecía ser el más accesible, pero eso sucedía si se tomaba en cuenta la ubicación geográfica. Perú tenía la gran chance de sacar al menos un punto para volver a clasificar a un Mundial, algo que no alcanza desde 1982. Jugó como una final, se defendió y hasta pudo ganarlo con un tiro libre de Paolo Guerrero que sacó Sergio Romero en los instantes finales.

La Argentina no tuvo su mejor partido, pero tampoco el peor. Generó situaciones que no terminaron en gol y algunas de manera increíble, como el remate de Lionel Messi con el arco semi vacío después de que Pedro Gallese le tapara un mano a mano a Darío Benedetto. Mala suerte, falta de puntería, la presión de quedar afuera, o la explicación que se le quiera dar. Pero el problema arrancó mucho antes, y recién ahora se hace sentir con toda su fuerza.

El máximo temor del duelo final del martes radica en la altura y no en el rival. La Selección sólo pudo ganar una única vez en sus seis presentaciones en Quito. Las esperanzas están puestas en que Ecuador ya está eliminado y cayó en sus últimos 5 partidos por Elimnatorias. Tendrán la motivación de quedar como uno de los responsables de que la Argentina no esté en el próximo mundial, pero los dirigidos por Jorge Sampaoli estarán mentalizados como si fuera el día más importante de su carrera.

Tomando en cuenta que con una victoria mínimamente habrá repechaje (increíblemente se podría escalar al tercer lugar si se dan los resultados), lo que más resalta es la necesidad de volver al gol. En las últimas 5 presentaciones, la Argentina sólo marcó una vez de penal, y una vez producto de un gol en contra.

En apenas 17 choques por Eliminatorias, la Argentina usó 5 delanteros de área distintos (Sergio Agüero, Gonzalo Higuaín, Lucas Pratto, Mauro Icardi y Darío Benedetto). Pasó de Gerardo Martino, un técnico que intentó priorizar el ataque, a Edgardo Bauza, que quiso crear un equipo fuerte en defensa para recién ahí ver la ofensiva. Y de allí a Sampaoli, que considera ideal jugar con sólo tres en el fondo y atacar con la mayor cantidad de jugadores posibles. Se cambió la dirigencia de la AFA, se cambiaron nombres por gustos o presiones externas, y rara vez para favorecer un sistema de juego. Y todavía creímos que ante Perú iba a aparecer un equipo que jugara como si se conocieran de toda la vida.

El análisis no es bueno, pero todavía la ilusión sigue en pie. Gracias a que sólo la mitad de los países sudamericanos no juegan el mundial (ahora nos sirve, pero no es para nada competitivo), seguimos en carrera. Incluso perdiendo podríamos llegar a ir al repechaje. Todo está por verse, y el Mundial espera por Argentina, por factores deportivos y otros como el márketing. Incluso si se da la clasificación directa, no habrá que olvidarse todo lo que se hizo mal hasta este punto.