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jueves 21 de septiembre de 2017

Se baja del ring invicto

Andre Ward sorprendió al anunciar su retiro como boxeador a los 33 años. Considera que su físico ya no es el mismo, y agradeció a todos los que lo llevaron a ganar las 32 peleas que protagonizó.

Con la imagen de Floyd Mayweather diciendo que la pelea contra Connor McGregor había sido la última de su carrera, quedaba a la especulación cual era el mejor boxeador del momento. Sin mucha prensa pero con un excelente historial, Andre Ward impresionaba con su invicto, pero hoy a sus 33 años decidió ponerle un punto final a su carrera.

Ward colgó los guantes después de ganar 32 peleas, de las cuales 16 fueron por nocaut. Era uno de los invictos activos más largos y el segundo mejor estadounidense de los últimos 20 años, apenas por detrás de Mayweather. Sus últimas dos defensas fueron ante Sergey Kovalev, la primera siendo definida en las tarjetas y la última, en junio del año pasado, la terminó en el octavo round.

El mensaje que publicó el boxeador le habló directamente a su profesión: "Te amo. Has estado a mi lado desde que tenía 10 años. Me has enseñado mucho. Me has humillado. He sacrificado mucho por ti. Pero me has dado más de lo que he creído posible. Te estaré siempre agradecido. He hecho amigos para toda la vida. Me alejo del boxeo de hoy, pero me voy en lo más alto de una gloriosa montaña. Lo hice. Lo hicimos".

Apodado el Hijo de Dios por sus constantes victorias, el estadounidense se encargó de aclarar el motivo de que deje de combatir: "Y voy a aclarar algo, me voy porque mi cuerpo no estaba dispuesto a soportar los rigores de este deporte y mi deseo de pelear ya no está ahí. Y si no puedo darle a mi familia, mi equipo y mis fans todo lo que tengo, entonces no puedo permanecer más peleando".

Por si todas sus victorias como profesional no hablaran de él lo suficiente, Ward también tiene el honor de haber ganado una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas en 2014, en la categoría semicompleto. Un verdadero campeón, que sorpresivamente hoy le dice adiós al ring, al menos desde adentro.