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jueves 7 de septiembre de 2017

A 70 años del mito del Palacio Ducó

Es uno de los estadios más reconocidos del fútbol nacional y hoy se cumple un nuevo aniversario de su inauguración. Sus muros recuerdan históricas goleadas, reconocimientos y hasta quedaron inmortalizados en los premios Óscar de la Academia.

Un día como hoy, 7 de septiembre, pero de 1947, abrió sus puertas a la historia el estadio Tomás Adolfo Ducó. Tras varios años de gestiones y obras faraónicas, el club Huracán encontró su casa definitiva y la propulsó como una de las plazas más importantes del continente. Un sueño ambicioso repleto de arte y barrio, que fue parte del camino de una de las instituciones tradicionales del deporte argentino.

Las crónicas de la época relatan un período largo de tratativas para llevar a cabo el proyecto. En 1939 la Comisión Directiva adquirió los terrenos linderos al antiguo coliseo de tribunas de madera. Dos años más tarde se colocó la piedra fundamental y se iniciaron las tareas para levantar los muros de la nueva sede. Ya para 1942, fue presentada la maqueta que mostraba las revolucionarias comodidades del estadio.

Nombrado en honor a uno de sus fervientes propulsores, el Ducó por fin vio fútbol: en el partido inaugural el local se enfrentó contra Boca Juniors. Fue un emocionante 4-3 en favor del pueblo quemero, que fue la frutilla del postre para el flamante estreno. En el juego, brilló Juan Carlos Salvini, que se anotó con un triplete para que la fiesta sea completa.

El momento cumbre del Globo se dio en el año 1973, y el Palacio no se podía quedar afuera. En esa temporada Huracán conquistó su primer título oficial en el profesionalismo. El logro del Metropolitano fue bajo la conducción de César Luis Menotti, y tuvo como grandes figuras a Miguel Ángel Brindisi, René Houseman, Alfio Basile, entre otros.

Por otro lado, uno de los reconocimientos más relevantes de la cultura popular que tuvo el Ducó fue su célebre aparición en El Secreto de sus Ojos. La obra de Juan José Campanella mostró su inmensidad en una de las escenas más atractivas del cine argentino. La intensidad de la toma, que hizo vibrar a los espectadores en los cines, no le escapó a exhibir la imponente figura del coloso de Parque Patricios. El film terminó quedándose con el premio Óscar a la mejor Película Extrangera en 2010.

Antes, en 2007, fue declarado por la Legislatura porteña como Patrimonio Histórico y de Defensa Estructural de la Ciudad de Buenos Aires. Con su característica torre que adorna sus amplias tribunas y la rica historia que descansa en su interior, la cancha del Globo pasó a ser un símbolo del fútbol argentino.