En un fantástico partido en el Arena City de Córdoba, Estados Unidos venció a Argentina por 81-76 en el marco de la final de la AmeriCup 2017. Con este partido el equipo argentino cerró un gran torneo en el que creció y demostró que esta para mucho más.
El encuentro comenzó con un equipo argentino fantástico, tanto en lo individual como en lo colectivo, siendo muy inteligente en el planteamiento táctico y llevándolo perfectamente a la practica contra un juvenil equipo estadounidense que se vio más que sorprendido por el juego de su rival. Un ejemplo claro de esto fue el primer cuarto en el cual los argentinos ganaron por 22 a 15, sacando la primera diferencia del partido.
En el segundo cuarto se amplió aún más esa diferencia, gracias a la labor de los suplentes que entraban en juego además de la labor ya hecha por los titulares. Uno de los jugadores que más se lució en este parcial entrando desde la banca fue Javier Saiz, el pivot marcó 7 puntos, convirtiendo los 5 primeros en el comienzo de este juego y luego los 2 restantes en un momento clave en el que los norteamericanos empezaban a crecer en el juego.
La segunda mitad fue completamente distinta, los dirigidos por Sergio Hernández comenzaron a bajar un poco el ritmo, sobretodo desde lo físico y su rival comenzó a sacar provecho de la gran ventaja con la que cuenta en este aspecto, logrando así ganar su primer cuarto por un marcador de 23 a 14, lo cual le permitió quedar 6 puntos por debajo con un parcial de 50 a 56.
El último cuarto fue más cuesta arriba aún para los locales y sus aspiraciones. Los visitantes ajustaron su defensa y comenzaron a meter muchos triples (esto último les había sido esquivo en los otros partidos del torneo), en especial el escolta Reggie Hearn de gran partido. Ante esto la selección nacional puso mucha garra, pero la inexperiencia pasó factura, 2 jugadas de Gabriel Deck y una de Nicolás Laprovittola en las que apuraron su intento de definición en jugadas claras para empatar el encuentro, terminaron por decantar un resultado final de 81-76 a favor de los norteamericanos.
La derrota duele pero dejará una gran enseñanza para estos jóvenes que pueden llegar lejos, darle muchas alegría a los argentinos y honrar a la generación dorada, con unos sucesores que también podría dar que hablar en un futuro no tan lejano.