La lluvia demoró el comienzo del duelo, pero ni la impaciencia por salir a la cancha pudo frenar el hambre de victoria del equipo comandado por Carlos Retegui. Casi dos horas de retraso a causa de severas inclemencias climáticas estiraron la espera de la cita definitiva, que dejó a los argentinos como campeones por tercera vez en la historia del torneo continental.
En la previa, Canadá era el rival a vencer. Con el objetivo de mantenerse en el número uno del ranking mundial, los Leones jugaron fiel a su estilo. Propusieron desde el arranque un dominio posicional y vertiginoso. La jerarquía individual fue el estandarte de los olímpicos, que pisaron fuerte para imponerse en el Spooky Nook de Lancaster. Ya a los cinco minutos estaban arriba en el marcador. Una estirada, casi de palomita, permitió a Ignacio Ortiz culminar un avance elaborado entre Lucas Vila y Matías Paredes. El de Banco Provincia sorprendió a todos, y rompió para empujarla sobre la línea.
El orden en defensa del conjunto norteamericano fue el muro a derrumbar. Un desafío que no achicó a los argentinos, que llegaron con muchos jugadores y transformaron en figura al arquero David Carter.
La ventaja en las áreas la estiró Vila. A los 25 minutos y con una media vuelta letal, definió al primer palo y alejó a los canadienses en el partido. A partir de ahí, la tranquilidad inundó los ánimos de los Leones. Manejaron el ritmo y la intensidad. Siempre dueños de las acciones de riesgo, no se complicaron y doblegaron a un equipo que planteó fortalezas desde lo físico.
El trámite del segundo tiempo fue disputado. La talla del rival, actual número once del mundo, pesó en el desarrollo del juego. Pero, cuando lo llamaron a aparecer, hizo presencia Juan Manuel Vivaldi, que retornó de una lesión, y evitó la caída de su valla. El 2-0 fue inamovible y sentenció la final de la Copa Panamericana. Título que afianza en la cima del hockey mundial a la Selección Argentina y evita que los Australianos les arrebaten el lugar de privilegio.
La misión está cumplida. Lo próximo en el horizonte de los campeones olímpicos, en donde buscarán seguir haciendo historia, será la definición de la World League en la India en diciembre. Y luego, la cita mundial de Londres del año entrante. La frutilla del postre más dulce.