Cinco minutos. Duró menos de lo que se tarda en tomar un café o esperar el colectivo. En ese tiempo, dos equipos se jugaron el trabajo de toda una temporada. El desenlace del reducido para la B Nacional se definió a favor del equipo de Jorge Benítez, pero dejó un gusto amargo que es reflejo de la situación irregular que aún se vive en el fútbol argentino.

Comunicaciones nunca se calló. Un elocuente mensaje fue mostrado por todo el plantel antes del inicio del desnaturalizado encuentro. Una frase de Marcelo Bielsa fue el estandarte. "El juego fue creado para superar al rival valiéndose de la belleza de los elementos que tiene el propio juego, y no para sobrepasar su reglamento buscando sacar ventajas para superar al rival", marcó una pancarta en señal de protesta.

En los minutos que duró el duelo, Comu se mostró decidido a buscar el gol que lo lleve a los penales, pero se encontró con un puñado de nervios que nubló todas las intenciones de riesgo. El resultado no pudo torcerse y Riestra se desahogó tras una tensa semana.

"Hoy nosotros fuimos campeones. Por el comportamiento ejemplar. Esperemos que este mensaje sirva para el país", sintetizó Alejandro Orfila, presidente del Cartero en relación con la honesta actitud que demostraron los jugadores pese a no poder cumplir con el objetivo del ascenso. Al concluir el partido, mientras que el Blanquinegro desató un medido festejo, su rival se despidió con silenciosos aplausos del estadio desierto.

Así, se escribió uno de los apartados más curiosos y polémicos de las categorías menores del fútbol argentino. Una puesta en escena que expuso a un equipo como villano, y dejó con la injusticia al otro. Las sanciones, tanto económicas como deportivas, condicionarán a Riestra en su futuro en el Nacional B. Veinte puntos, dinero en multas y la condena social serán las trabas que complicarán su porvenir, pero más duro es el antecedente que esta tarde se vivió en la cancha de Defensores de Belgrano.