En Bakú, algo se rompió. La reacción de Sebastian Vettel ofreció un condimento extra a la pelea por el campeonato. El golpe de impotencia, que cruzó a la Ferrari con el Mercedes de Hamilton, fue una llamada de atención sobre lo exigente que está siendo la temporada. El correr de los días dilató la tensión y los protagonistas se encargaron de poner paños fríos, pero la pista los juntará nuevamente, y hay expectativa de lo que pueda suceder. 

"Me comporté por encima de lo necesario y creo que todos vieron lo que ocurrió, no creo que tenga que explicarlo más", minimizó el piloto alemán en la conferencia de prensa de ayer, en alusión a la choque durante el auto de seguridad en Azerbaiyán. A su vez, develó que se comunicó con su par británico para pedirle disculpas. "No me siento orgulloso, no puedo volver atrás, me equivoqué. Ya he hablado con Lewis y creo que debemos mirar hacia adelante", detalló.

Por su parte, Hamilton se mostró agradecido por el arrepentimiento de su rival, y dio por terminado el tema. "No creo que vaya a cambiar mi relación con Vettel. Hablamos, él me mandó un mensaje, por mi parte tenemos mucho respeto, lo respeto como piloto, como hemos venido haciendo hasta ahora", finalizó el múltiple campeón.

En lo deportivo, el rendimiento sigue siendo el esperado. Ambos se ubicaron al tope de la clasificación en las pruebas libres. El Mercedes registró un tiempo de 1;05.483, mientras que el monoplaza de la casa de Maranello se ubicó segundo, a una décima. Red Bull también aportó a la emoción en las prácticas previas. La escudería local puso a sus dos autos en el top cinco en el circuito austriaco.

Un recargo pesa sobre los hombros de Hamilton y lo retrasará a la quinta ubicación en caso de que haga la pole el día sábado. Un inconveniente en la caja de velocidades obligó al equipo alemán a reemplazarla. La penalización complica los planes de las Flechas de Plata, pero confían en el potencial de la unidad para remontar en carrera. "Parece fantásticamente rápido y se nota muy bien en la pista", concluyó el británico.

La cita final está pautada para el domingo 9 de julio. Solamente los separan 14 puntos en el torneo que lidera Vettel, y con tanto en juego, Austria será una exigencia que encaminará las pretensiones para ambos. Un tropezón puede ser definitivo para inclinar la balanza en un Mundial, que ofrece una de sus mejores versiones de los últimos años.