Preparó un joven equipo para ganar el torneo. El técnico dejó descansar a las figuras y citó a un plantel muy distinto al que se consagró en Brasil. Logró un alto nivel de juego, y se metió en la final con una goleada.

Rápidamente se rompió el partido. Alemania no le perdonó la tibieza defensiva a los mexicanos y liquidó las acciones en un abrir y cerrar de ojos. El estilo de tratar la pelota, asociado y dinámico, confundió a los defensores, que perdieron todas las referencias de marca. Con movilidad y profundidad, la selección campeona del mundo consiguió dos goles en menos de siete minutos.

León Goretzka se vistió de artillero, y con tanto talento como eficacia, redujo las posibilidades del Tri a cero. A los cinco minutos, en una jugada de costa a costa, el mediocampista recibió en la medialuna del área y colocó un remate imposible para Guillermo Ochoa. En la construcción previa se vio la filosofía que Joachim Low le quiere imponer a este joven equipo. A un toque y ocupando todo los espacios del terreno, los jugadores fueron como sombras indescifrables para los marcadores rivales. 

Aún los aztecas no se despertaban, y los alemanes llegaron al segundo. El doblete del hombre que juega en el Schalke 04 aumentó la ventaja. Con contundencia y verticalidad, Timo Werner se la filtró para que el goleador del encuentro venza las intenciones del actual arquero del Granada.

A partir allí, el combinado alemán levantó el pie del acelerador. Redujo su capacidad de presión y descansó en su campo. Esto fue aprovechado por los delanteros mexicanos, que tardaron cerca de media hora en llevar peligro a los dominios Marc-André Ter Stegen. Deficiencias al momento de rematar y mala fortuna impidieron que el descuento acercara a los de Osorio.

El complemento regaló un trámite más parejo. Las ocasiones de marcar se repartieron para ambos equipos, pero nuevamente el conjunto europeo sacó a relucir su eficacia en el área rival. Werner puso el 3-0. La máquina volvió a subir de marcha. Entre Julian Draxler y Jonas Héctor dejaron al atacante solo y sin oposición. El jugador de 21 años, que milita en Leipzig sólo tuvo que empujarla para estirar la supremacía. 

Otro punto alto de los flamantes finalistas fue el buen trabajo de su arquero. El uno de Barcelona estuvo implacable bajo los tres palos y respondió cuando lo llamaron a intervenir.

Pero todavía quedaba tiempo para más: a los 88 minutos, Marco Fabián de la Mora clavó un potente y lejano remate. Sorprendió a todos con una ejecución a la salida de un lejano tiro libre, en uno de los mejores goles en lo que va de la competencia.

El descuento puso alerta al conjunto teutón, que selló la goleada gracias a Amin Younes. Sobre la hora, el extremo del Ajax recibió en soledad, y con simpleza venció a Ochoa.

La final será el domingo y enfrentará a los últimos verdugos de la Selección Argentina. San Petersburgo será el lugar de la cita. Chilenos y alemanes, los invitados. Los equipos se verán las caras para definir un torneo que ofrecerá un campeón primerizo.