"Temperley es de primera, de primera no se va", así cerraron una gran temporada los jugadores del Gasolero tras en el empate en 0 frente a Vélez. El Cele necesitaba un punto para quedarse gracias a la derrota de Aldosivi frente a Olimpo.

Magnífica la temporada que concluyó Temperley. Comenzó el campeonato último en zona de descenso junto a Rafaela, casi condenado a perder la categoría, pero con actitud, entrega y fútbol, estos gladiadores del sur conurbano lograron lo impensado. Pertenecer un año más en la élite del fútbol argentino. 

Los dirigidos por Gustavo Álvarez fueron a Liniers sabiendo que era una final, donde tenían que entregar todo y no regalar ni un centímetro al rival si querían lograr el objetivo, y los jugadores así lo entendieron, como Matías Sánchez que cuando tuvo que trabar lo hizo hasta con la cabeza. El primer tiempo fue para el Gasolero. Desde los pies de Leonardo Di Lorenzo contó con las mejores situaciones pero sin poder concretar en los últimos metros.

Para el complemento, Vélez, que fue un fantasma durante la primera mitad y sólo tuvo un remate al arco, cambió el chip y fue más que su contrincante. A partir del juego por las bandas con Nicolás Delgadillo y Matías Vargas generó varias situaciones de peligro, como un gran remate desde afuera de Braian Cufre que paso pegado al palo o un tiro del mismo Delgadillo que se estrelló contra el poste. 

Con todos estos condimentos se seguía jugando la continuidad de Temperley en primera división. En la era tecnológica, todos los jugadores, cuerpo técnico y dirigentes que estaban en la tribuna sabían del resultado en Mar Del Plata, donde Olimpo ya ganaba por 3-0 y sentenciaba el descenso de Aldosivi. Sabiendo esto, los últimos minutos del encuentro en Liniers se vivieron con una gran intensidad, con un Vélez que no cesaba en el ataque y hasta el último minuto fue a buscar la victoria pero tuvo enfrente a un Leonardo De Bortoli en el arco y un gigante Gastón Aguirre que defendieron cada pelota como la última de sus vida.

El árbitro Fernando Echenique pitó el final del partido y la euforia y emoción se desató en los jugadores del Gasolero, que se fundieron en un abrazo grupal saltando al grito de "el cele es de primera, de primera no se va", para cerrar un gran año futbolístico con la permanencia de la categoría. Por el lado del Fortín, que terminó con 11 jugadores formados de la cantera, concluyó un año complicado donde sumó la mayor cantidad de puntos posibles de cara a la siguiente temporada y lo que será la lucha por no descender.