Un domingo de tensión se vivió durante la octava fecha en Bakú. Por un instante la máxima categoría se convirtió en una competencia de demolición y las maniobras controversiales estuvieron a la orden del día. El exigente circuito fue verdugo de muchos pilotos, y trajo un sinfín de condimentos que encendieron el campeonato. Suspensiones, sanciones, malas decisiones de los comisarios deportivos y un podio increíble dieron el marco a una de las fechas más picantes de lo que va de la temporada. 

Lewis Hamilton había concretado la pole en la jornada del sábado y partió desde el cajón de privilegio. Con las Ferraris al acecho, el británico se acomodó en una largada que tuvo como particularidad el retraso de Bottas, que luego pudo remontar  en la grilla. Pero los entreveros comenzaron a aparecer y con ellos, los roces entre los monoplazas. Las calles de la pista azerí se llenaron de plásticos y piezas de carrocerías, y el Auto se Seguridad surgió para poner orden.

En la última oportunidad en la que ingresó el Safety Car, sucedió una maniobra polémica que recrudeció la relación entre los dos aspirantes al título mundial. El Merdedes que lideraba la prueba transitó excesivamente lento una curva y Sebastian Vettel no pudo evitar la colisión por alcance. Como si fuera un accidente en una autopista, el alemán le hizo señas a su rival y luego impactó de forma antideportiva su unidad contra la Flecha de Plata. Las pulsaciones estaban por los aires.

Para poner más leña al fuego, las autoridades pararon la carrera con la bandera roja. El Gran Premio estuvo detenido, mientras que se terminaba de limpiar el trazado. Sin mirarse ni hablarse, los punteros se detuvieron en los bóxes, y los mecánicos trabajaron en los autos de los competidores. Otro momento de tensión se vio en el equipo Force India: El mexicano Sergio Pérez y Esteban Ocon volvieron a cruzarse en pista y se complicaron con toques.  

La angustiosa calma se cortó cuando se reanudó la prueba. Pero los problemas no cesaron. Hamilton sufrió un desperfecto en el apoyacabezas de su Mercedes y lo obligó a ir a repararlo. Por su lado, Vettel fue sancionado por la maniobra temeraria y cumplió diez segundos detenido en los pits. 

El caprichoso destino los volvió a cruzar en carrera, pero el alemán sacó provecho y arribó adelante del británico. El piloto de Ferrari finalizó cuarto, y Hamilton se conformó con la quinta plaza. A todo esto, en la punta se afirmó el Red Bull de Daniel Ricciardo, seguido por el Williams de Stroll, mientras que en la tercera ubicación se posicionó Bottas, de gran recuperación, y para no ser menos, escaló en el último suspiro al segundo puesto. 

La nota positiva la puso Fernando Alonso. Sumó por primera vez en la temporada. Terminó noveno y pudo sobreponerse a las roturas de motor que tuvo en las fechas pasadas. Esta vez, su máquina McLaren soportó la exigencia, y su impulsor Honda, que tantos dolores de cabeza le generó, no lo abandonó.

Esta fecha va a dar que hablar, y le sumó incertidumbre al campeonato. De esta forma, Vettel sigue liderado la tabla con 153 unidades, y Hamilton lo escolta con 139. La próxima fecha se disputará en Austria el 9 de julio.