18:35
Compartir
jueves 15 de junio de 2017

La previa de la Copa Confederaciones

Es la competición que inaugura la recta final para el Mundial, y es una prueba vital para los anfitriones, que no quieren dejar detalles librados al azar. Te traemos un repaso de todo lo que hay que saber, antes de que el sábado comience a rodar la pelota.


Realizado a menos de un año de la cita más convocante del Planeta Fútbol, este torneo se ha convertido en la atracción de lujo para los ansiosos. Como un aperitivo de lo que viviremos en 2018, las selecciones más importantes, y ganadoras recientemente de sus torneos regionales, se disputan un trofeo que tiene gusto a mundial.

Ocho equipos, dieciséis partidos, cuatro sedes, un campeón. Estas son algunas de las cifras que resumen a la Confederaciones, que tendrá su partido de arranque el próximo sábado, cuando el local, Rusia, se mida contra Nueva Zelanda en el estadio Krestovski de San Petersburgo, misma plaza que albergará a la final.

Un dato que sorprenderá a los amantes de las estadísticas es que nunca el ganador de este torneo pudo quedarse posteriormente con el Mundial. Pero como los récords están para romperse, en esta edición todas las naciones intentarán quebrar este maleficio. Brasil la obtuvo en cuatro oportunidades, mientras que Argentina, que estará ausente, se consagró una vez, en 1992.

El pasaporte que les permitió a los equipos participar de la competencia es el hecho de que se consagraron vencedores en las copas de cada continente. Chile representará a la Conmebol, Portugal a la UEFA, Camerún irá por África, los neozelandeses por Oceanía, Australia dará la cara por los asiáticos, y México por adjudicarse la Copa Concacaf. Además, la lista la completan: Rusia por ser el país organizador, y Alemania que festejó en Brasil 2014.

Estos seleccionados ya están divididos en dos grupos, y de allí sólo dos de cada zona se clasificará a las semifinales en busca de la gloria. 

GRUPO A: Rusia, Nueva Zelanda, Portugal y México.

GRUPO B: Camerún, Chile, Australia y Alemania.

Pero el evento no es solo deporte. En Rusia, es una cuestión de Estado. En mayo de este año, desde el Kremlin, con Vladimir Putin a la cabeza, se firmó un decreto que apunta a garantizar las condiciones para la realización de los torneos. "Se redoblarán las medidas de seguridad en el territorio de las entidades federadas de Rusia que acogerán los partidos de fútbol de la Copa Confederaciones 2017 y el Mundial de Fútbol 2018", dictamina el documento. Este detalle no es menor, ya que por ejemplo, entre Sochi y Moscú (ambas ciudades con estadios sede, junto a San Petersburgo y Kazán) hay 1600 kilómetros de distancia, y el potencial riesgo aumenta en el contexto que atraviesa al viejo continente.

En lo deportivo, hay varios puntos a destacar, ya que la mayoría de las selecciones arriba en un momento ideal. Chile, con Juan Antonio Pizzi en el banco de suplentes, buscará dar el golpe. El envión de las dos vueltas olímpicas que dio frente a la Argentina lo pone como uno de los candidatos, aunque su camino en las Eliminatorias no es de lo más contundente.

Por otro lado, encontramos a los equipos europeos. Portugal tiene al mejor jugador de la actualidad. Cristiano Ronaldo viene de ganarlo todo y quiere agrandar sus vitrinas, mientras que los alemanes patearon el tablero: Joachim Low dio descanso a jugadores de la talla de Toni Kroos, Mesut Ozil, Thomas Muller y Sami Khedira, y pondrá a prueba su experimento, repleto de juveniles, en medio de un cambio generacional.

México suma en ilusión. El Tri quiere volver a hacer historia con un plantel experimentado, en el que brillan Javier Hernández, Carlos Vela, Giovani Dos Santos y Rafael Márquez, último sobreviviente de la generación que se llevó la Confederaciones en 1999.

Rusia, Camerún, Australia y Nueva Zelanda no pretenden pasar desapercibidos. "Queremos ganarlo. Sé que después de anoche suena probablemente ridículo, pero asumí este cargo con la intención de ser tan ambicioso como sea posible", marcó Ange Postecoglou tras la derrota por 4-0 contra Brasil. Los dichos del entrenador del combinado australiano son una muestra de que los canguros no se achican.