Con gol de Gabriel Mercado, la selección argentina le ganó a su par brasileña por 1-0 en el amistoso disputado en Melbourne, y volvió a sonreír en lo que fue el debut de Jorge Sampaoli al frente del equipo.

Un giro de 180 grados mostró el combinado nacional en su funcionamiento en base a cómo venía jugando con Edgardo Bauza. La presión de la salida rival, en tres cuarto de cancha, y el movimiento en bloque fueron los principales aspectos que Sampaoli le impuso a sus dirigidos, y estos lo cumplieron a la perfección durante gran parte del encuentro.

La salida ordenada por abajo fue también lo que el nuevo técnico le pidió a los jugadores. Desde los pies de Nicolás Otamendi, y las subidas de Mercado y José Luis Gómez, de buen debut en la selección, Argentina lastimó a Brasil a lo largo del primer tiempo.

La diferencia entre los equipos se dio en el mediocampo, donde el tridente conformado por Banega, Dybala y Messi se encargó de la generación de juego, con toques rápidos y triangulaciones que desorientaron a Renato Augusto y Paulinho, de flojo partido, que vieron durante todo el primer tiempo cómo la Argentina jugaba mejor, pero le faltaba en los últimos 15 metros el pase final y no terminaba de provocarle peligro al arquero Weverton.

El gol llegaría recién a los 44 minutos tras la salida de un córner corto que Di María metió al área para que Otamendi conectara de cabeza, estrellando su remate contra el palo y en el rebote aparecer Mercado, el hombre de los goles importantes, para poner el 1-0 en el resultado y marcar su tercer gol en 14 encuentros disputados con el seleccionado nacional.

Para el complemento se vinieron los cambios. Primero fue el momento del debut de Joaquín Correa, quien ingresó por Gonzalo Higuaín, cuidado por la cantidad de partidos que arrastra. Luego fue el turno de Nicolas Tagliafico en reemplazo de Gómez, corriendo a Mercado a la posición de 4 y el defensor de Independiente fue a ocupar la banda izquierda. Dybala, otro que venía de una larga temporada, también abandonó la cancha para dejarle su lugar a Guido Rodríguez, la sorpresa de la lista de Sampaoli. También ingresaron Mammana y Lanzini, en lo que es el comienzo del recambio generacional que se está viendo, con jugadores jóvenes que son figuras en sus equipos.

Pese a la cantidad de cambios que el oriundo de Casilda hizo, la idea del juego asociado, la salida clara y el movimiento del mediocampo se mantuvo, en una clara demostración que el técnico les quiere inculcar, juegue quien juegue, que la selección va a tener un estilo de juego predeterminado y, de no mediar inconvenientes, no variará demasiado.

Sobre el final del encuentro se vio la peor imagen de Argentina, con un equipo cansado por la presión constante, Brasil creció de la mano de sus cambios y generó peligro en el arco de Chiquito Romero. Lo tuvo con Gabriel Jesús el conjunto verdeamarelo, pero su disparo fue interceptado en la línea por Otamendi, y en el rebote fue William quien increíblemente lo desperdició dando su disparo contra el palo. Fue quizás una de las pocas veces que Argentina marcó mal atrás y sufrió peligro. Brasil intentó arrinconar a la albiceleste contra su arco pero la falta de definición fue clave para no sufrir más sobresaltos y terminar llevándose el encuentro.

De esta forma, Sampaoli cumplió su sueño de dirigir a la selección nacional, y lo hizo nada más y nada menos que con una victoria frente a un Brasil que venía invicto con Tité tras 9 triunfos (8 oficiales y un amistoso), y ya se encuentra clasificado para el mundial del año que viene en Rusia. Argentina viajará a Singapur para enfrentar a esa selección el siguiente martes, a las 9 de la mañana, en lo que será la segunda presentación de este equipo y se podrá ver si la idea se mantiene y sigue dando resultado.