La Torre Eiffel y el Palacio de los Inválidos fueron testigos privilegiados de la histórica actuación de José María López. Con el auto del DS Virgin, tuvo un gran fin de semana en la capital francesa y corrigió su andar en la especialidad tras el abandono en Mónaco.
Realizó una destacada clasificación y partió desde el tercer cajón de la grilla. Con esto, se dedicó a hacer una carrera inteligente con respecto a la administración de la energía. El cordobés logró una diferencia tranquilizadora y se separó del resto del pelotón. Su andar prolijo en el corto circuito parisino fue la clave para su éxito. "Sabíamos que haciendo una carrera limpia, podíamos sostener lugares de podio", sentenció al terminar la prueba.
El avance del argentino se dio gracias al abandono de Jean-Eric Vergne. El piloto del equipo Techeetah perdió el control de su unidad y se estrelló contra la pared y perdió todas las posibilidades de pelear por la victoria. A partir de ahí, con la entrada del auto de seguridad, la competencia entró en una meseta que permitió un mejor manejo de las baterías.
La ville de l´ amour no trató de buena manera a Lucas Di Grassi, segundo en el campeonato. Fue un trámite complicado en el que perdió paulatinamente muchos puestos. Primero, fue un toque con Felix Da Costa. Luego, una penalización, para terminar con un el abandono que lo privó de sumar puntos para arrimar en el torneo.
Por su parte, en el box de Buemi fueron puras sonrisas. El suizo no solo se quedó con el lugar más alto del podio, sino que también aumentó su ventaja en la tabla general. Esto le permite afrontar el resto de la temporada con más aplomo. En el tercer lugar llegó Nick Heidfeld, del Mahindra Racing.
El piloto puntero de Renault suma 132 puntos en el acumulado, y es seguido por Di Grassi con 89. La próxima exigencia será en Berlín, y tendrá la particularidad de ser una doble jornada. La cita está pautada para el 10 y 11 de junio. Allí, López buscará hacer historia nuevamente y estirar su buen momento.