San Lorenzo venció 2-1 a Rosario Central con goles de Néstor Ortigoza -la picó de penal- y Matías Caruzzo y ratificó la levantada del equipo en los últimos partidos entre copa y torneo. Para los de Montero descontó Teo Gutiérrez pero no fue suficiente.
Dos victorias al hilo por copa, que le dieron aire y permite soñar con la clasificación, y una por el torneo le había servido a San Lorenzo para resucitar luego de un arranque de año difícil y ponerse a tiro nuevamente en las competencias.
Por eso es que el triunfo de hoy no pasa para nada desapercibido, porque no solo ratifica que el Ciclón viene en levantada, sino que lo hizo frente a un rival siempre duro como el Canalla, que venía de 7 encuentros sin perder con un empate y seis victorias (4 de forma consecutivas). Y lo hizo con temperamento, con juego y con sacrificio, porque pese a tener la oportunidad de haber goleado (Nicolás Blandi desaprovechó dos mano a mano contra el ruso Rodríguez) ante un Central que no reaccionaba, perdonó más de la cuenta y un error de Rubén Botta en la salida terminó con el descuento de Teo para que la tranquilidad que había se esfumara en el aire.
Esta victoria le llegó al pelo a San Lorenzo, que aprovechó el empate entre Estudiantes y Boca para quedar a seis puntos del líder, y llegar con envión a la última fecha de la fase de grupos de la Copa Conmebol Libertadores donde con una victoria se asegurará el avance, mientras que Rosario Central se quedó sin el invicto de siete partidos que arrastraba y que lo había posicionado en zona de clasificación de Sudamericana, y ahora deberá prepararse para recibir a Newell's en el clásico.