Con la exigencia de toda la cancha al ritmo de "para ser campeón, hoy hay que ganar", Boca no jugó bien y tuvo que recurrir nuevamente al desequilibrio individual de Cristian Pavón para llevarse una victoria que lo deja en las puertas de un bicampeonato si logra sacar un punto de los seis que le quedan en juego. Doblete de Ramón Ábila para el 2-0 ante Unión.
No la tuvo fácil el equipo de Guillermo Barros Schelotto. El Tatengue le planteó un juego rudo, lo esperó en el fondo y le cerró los huecos achicando los espacios, algo que a un equipo sin ideas como Boca, que no tiene un claro conductor de la pelota, lo complicó para generar juego. El bajo rendimiento de Carlos Tévez y Pablo Pérez, la falta de adaptación de Emanuel Reynoso, y la soledad y aislamiento de Wanchope arriba es reemplazado por la incansable e inagotable entrega de Pavón, que corre por él y por sus compañeros.
Cuando la gente ya se empezaba a impacientar y le pedía a su equipo "movete Boca movete", fue Pavón quien armó la jugada que terminó con Ábila empujándola en el segundo palo abajo del arco y desatar la euforia de toda la cancha, que con la tranquilidad ya empezaron a jugar el partido decisivo ante Alianza Lima al grito limpio pidiendo la Libertadores. El resultado definitivo iba a llegar a dos minutos del final cuando nuevamente Pavón asistió a Ábila, que giró en el área y con una gambeta dejó en el piso a Nereo Fernández y puso el 2-0.
Con esta victoria el Xeneixe le sacó 3 de ventaja a Godoy Cruz, y con un empate el próximo miércoles ante Gimnasia en La Plata podrá celebrar el bicampeonato del fútbol argentino, y guardar jugadores en la última fecha ante Huracán para el encuentro definitivo contra los peruanos. Por su parte, Unión quedó a la expectativa de otros resultados para saber si se mantiene en zona de clasificación a la Sudamericana del año que viene.