Por la cuarta fecha del campeonato de la Fórmula Uno, Mercedes logró su primera victoria del 2018 y trepó a la cima de la tabla. Sebastian Vettel tuvo un error clave a un giro de la bandera a cuadros, fue cuarto y cedió su lugar de privilegio.
En un comienzo accidentado, que hizo recordar el Gran Premio de la temporada anterior, el safety car se convirtió en un protagonista forzado a causa de varios choques que enredaron la zona media de la grilla. Dos autos se vieron obligados a desertar la prueba por los daños que sufrieron en sus monoplazas. Tanto Esteban Ocon como Sergey Sirotkin no pudieron completar el primer giro en territorio azerí. Otras de las consecuencias de la exigente largada fueron las roturas en las unidades de Kimi Raikkonen, por un toque con el francés, y de Fernando Alonso, entreverado con el joven ruso. Ambos pilotos experimentados pasaron por los boxes anticipadamente para reparar, y esto dio paso a nuevas estrategias.
En otra historia, mientras los malabares lo hacían los de atrás, Vettel se mantuvo en la punta tras el relanzamieto de la carrera. Una de las perlitas durante la presencia del auto de seguridad fue que el alemán hizo algo que le criticó a Hamilton hace un año. El bambino de Ferrari transitó lento y juntó a sus espaldas al resto del pelotón. La peligrosidad de un toque sobrevoló con tensión al punto que el británico se quejó en la comunicación por radio.
Con la punta de la carrera estabilizada, ya que la estrategia de los Mercedes se asemejó a la elegida por la casa del Cavallino Rampante, el espectáculo quedó en las manos de la escudería Red Bull. Max Verstappen y Daniel Ricciardo, pese a ser compañeros de estructura, no se respetaron a la hora de los intentos de sobrepaso. Con mejor ritmo, el australiano, ganador en la carrera pasada, tuvo que lidiar con el estilo agresivo del holandés. Sin una orden definida por parte de sus directores, los dos pilotos se desembarazaron de los Renaults de Sainz y Hulkenberg y se ubicaron en la cuarta y quinta posición.
La tensíon entre ambos competidores creció a medida que los enrosques entre ambos se iban produciendo. Y el choque terminño siendo inevitable. A falta de 10 giros para la bandera a cuadros, un violento toque por alcance dejó los dos autos del equipo austríaco afuera de la prueba. Las caras en el box de Red Bull lo decían todo. La desinteligencia de los protagonistas abrirá una rivalidad que se veía venir.
El incidente no sólo rompió las esperanzas de los de Red Bull, sino que también complicó el tramo descisivo para Ferrari. Valteri Bottas que estaba al acecho en la segunda ubicación, tras la detención de Hamilton, madrugó en la estrategia a la casa de Maranello y se adueñó de la punta de la carrera.
Drama. Con esa palabra se podría definir a la parte final de la competencia. Primero Vettel exigió de más, se pasó en una curva y quedó relegado a la cuarta posición. Pero cuando parecía que el finlandés se iba a coronar, un pinchazo en su goma trasera derecha lo privó de festejar. Ante todas estas variantes, Hamiliton se frotó las manos y se sacó de encima todas sus complicaciones previas. Raikkonen y Checo Pérez completaron el podio.
El ajustado e indecifrable final dejó al británico en el tope del campeonato. El de Mercedes alcanzó los 70 puntos en la tabla general, y sobrepasó a su eterno rival. Vettel quedó con 66 unidades, y Raikkonen se puso tercero con 48. La próxima exigencia será el Gran Premio de España el 13 de mayo entrante.