El Futsal pasa por su mejor momento en la Argentina. La Selección Mayor es la vigente campeona del mundo tras coronarse en Colombia, y ahora la Sub-18 tiene en mente otro gran objetivo: Los Juegos Olímpicos de la Juventud, que los tendrá como locales en octubre.
Joaquín Hernández juega como pivot y está entrenando con el Seleccionado que se prepara hacia Buenos Aires 2018, y no duda en poner la vara bien alta: “el objetivo principal claramente es obtener la medalla dorada, y entrenamos todos los días para conseguirla”.
Este proceso de preparación no es nuevo, y el jugador de Kimberley se integró a la Selección en el 2016, en un Campus que se llevó a cabo en el CENARD. “Desde el primer día nos dijeron que ese Campus era en vista de los Juegos de la Juventud. Y a partir de ahí mi objetivo fue mejorar mi rendimiento en mi club con la motivación de poder jugar por primera vez en la historia unos Juegos Olímpicos”.
Para Hernández, ser dirigido por Diego Giustozzi, técnico campeón del Mundial hace dos años, no sólo es para disfrutar sino que les exige más de parte de los jugadores: “Significa tener la obligación de ganar todo lo que se juegue. A Diego le interesa mucho que mejoremos físicamente y técnicamente, y por eso nos corrige en cada entrenamiento para no volver a cometer el mismo error dos veces”.
Según el pivot, el juego colectivo es el punto fuerte del equipo, y deberán trabajar en la técnica individual para elevar todavía más el nivel. “La ilusión siempre está”, dice el joven que tiene en Santiago Basile y en Pablo Vidal dos jugadores que le gusta mucho ver jugar, el primero por su fortaleza mental y el segundo, ya de la misma posición, por su capacidad para girar con facilidad y rematar.
Queda sólo el tramo final hasta octubre, para que la Argentina debute en una disciplina que por primera vez estará en unos Juegos Olímpicos. Una vez allí, la Selección Juvenil buscará, tal como pasó hace dos año con la Mayor, alcanzar la gloria.