En una maniobra que hizo recordar las épocas más furiosas de la rivalidad entre ambos referentes del automovilismo argentino, la categoría espectáculo tuvo una definición a pura velocidad. Con una estrategia acertada, Néstor Girolami logro avanzar diez puestos en el clasificador para ponerle el moño a una actuación destacada teñida por las detenciones en boxes para la carga de combustible.

En el comienzo fue Canapino el dominador, hasta que Franco Girolami, hermano del flamante ganador, le arrebató momentáneamente el liderazgo. En arrecifeño acusó una merma en el rendimiento del Mercedes del Sport Team, algo que terminó de ser clave a la hora de la conclusión en suelo cordobés. Una ida de cola de su auto le jugó una mala pasada y le impidió luchar con fuerza la vanguardia de la prueba.

Más atrás, fue Rossi el que tuvo una destacada tarea con su Toyota del Gazoo Racing. El Misil fue regular luego de su estreno victorioso en Paraná y se llevó puntos gordos para establecerse como uno de los candidatos más encumbrados. Por su lado, Martín Ponte no tuvo una buena largada desde el segundo cajón de salida y quedó relegado en la fila india. Pautada a una hora de duración, la carrera tuvo en su segunda mitad a la parte más reñida. El desfile en los boxes para la recarga de combustible acercó al Bebu a la punta, y regaló un epilogo no apto para cardíacos.

La pelea en los últimos giros tuvo al Ford Mondeo con mejor ritmo que el Mercedes de Canapino. El sobrepaso mostró todo el talento de ambos para la ejecución, y con justeza Girloami saltó a lo más alto. Por su lado, el campeón defensor no pudo ofrecer mucha oposición a causa de la una falla en el balance. Pese a no poder quedarse con el triunfo, el Titán se acomodó en la cima de la tabla con 40 puntos, misma cifra que acumuló Rossi. Para volver a ver la acción de un campeonato que promete ser peleado y cambiante habrá que esperar a la tercera fecha en Concordia, el 15 de abril.