El Liverpool reguló y gracias a la diferencia lograda en la ida se metió entre los mejores 8 equipos de Europa tras igualar 0-0 ante el Porto.

En esta ocasión no hubo lugar a posibles sorpresas. Porque el conjunto inglés había logrado una abultada diferencia en el primer partido siendo claro dominador y en el desquite espero a un rival que estuvo falto de ideas claras para llevar peligro al arco rival.

El conjunto local guardó en el banco de suplentes a su mejor jugador, Mohamed Salah, mientras que la visita puso en cancha 10 diferentes jugadores con respecto a los que fueron goleados en Portugal.

Desde el comienzo del partido el partido pareció un trámite que reunió a dos equipos que estaban obligados a jugar, pero que no mostraban intenciones de llevarse la victoria. Los locales se mostraron tranquilos por la diferencia lograda en la ida, y sólo incomodaron el arco de Iker Casillas en dos ocasiones.

El equipo del arquero español, que pudo tener su último partido en Champions, intentó dominar a su rival pero la falta de ideas hicieron que se repita una y otra vez las jugadas sin peligro hacia la portería local.

Con pocas situaciones de juego, y con el resultado prácticamente definido desde los primeros 90 minutos el equipo inglés logró meterse entre los 8 mejores del certamen. Instancia a la que no llegaba desde la temporada 2008/9.