El arranque del partido tuvo al conjunto uruguayo como animador de las acciones. Sebastián Fernández, promediando la primera mitad, tuvo la más clara, pero los reflejos y una soberbia tapada de Iván Arboleda le negaron el festejo. La poca conexión entre Darío Cvitanich y Pablo Mouche complicó los planes del equipo del sur bonaerense y terminó por ceder terreno en ofensiva.

Las emociones del juego arribaron en el complemento. Nacional concretó todo lo que había anunciado: a los 5 minutos del segundo tiempo Fernández cumplió con la ley del ex y puso el 1-0. El atacante, que supo salir campeón de la mano de Julio Falcioni, fue el verdugo en la tarde en el Florencio Sola. La ventaja acomodó de mejor manera a la visita, que a fuerza de toques y profundidad desniveló a la oposición de los anfitriones.

Pero Nicolás Bertolo, que había sido relegado del esquema titular, ingresó desde el banco de suplentes y cambió el ritmo del duelo. El ex River empató el trámite en la primera ocasión que tuvo. Un desborde de Jorge Rodríguez tomó mal parada a la defensa uruguaya y encontró al delantero sin marca. El cabezazo fue imposible para Esteban Conde.

A partir de allí, el ida y vuelta fue una constante. Los arqueros se transformaron en protagonistas. A falta de 10 minutos para el final, cuando parecía que el 1-1 era inamovible, llegó una potente definición de Luis Espino. Una combinación a pura velocidad descolocó a la zaga de Banfield, para lo que era un negocio redondo para los orientales. Pero la última palabra la tuvo Cvitanich. El referente marcó la igualdad sobre la hora para dejar abierta la llave.

El resultado, desde lo emocional, le sonríe al Taladro. Por cómo se dio empate, los dirigidos por Falcioni tienen un alivio sobre sus espaldas, pero deberán sacar a lucir una mejor versión en Montevideo para meterse en la fase de grupos del certamen continental. Están obligados a ganar en suelo charrúa. El desquite será en una semana, cuando se vuelvan a medir, pero esta vez en el Centenario el próximo 21 de febrero.