El conjunto cordobés le ganó por la mínima a Temperley y se ilusiona con pelear el campeonato. A siete puntos de Boca, promete estar al asecho, mientras que el Gasolero se hunde en los promedios.
¿Alguien dijo que los lunes no son futboleros? A quien quiera que lo haya pensado, Talleres le contestó con una soberbia actuación. De visitante y frente a Temperley, el elenco de barrio jardín se quedó con los tres puntos y trepó a la tercera ubicación de la tabla de la Superliga.
Con la idea fija y sin perder los estribos, fiel a la idea de su entrenador, los dirigidos por Frank Kudelka plantearon el juego. La paciencia, como gran virtud, fue la clave del triunfo de la T. Supo esperar y golpeó en el momento justo, ya que en la primera parte el dominio fue compartido. Cuando el local lo puso contra las cuerdas, se paró firme en defensa y aguantó. Otra vez, encontró el Pablo Guiñazú a un estandarte en la marca en el medio. Además, los extremos volvieron a rendir en las tareas de ataque.
Por su lado, el Gasolero se conformó con algunas pinceladas de Leonardo Di Lorenzo, que alcanzó a inquietar la valla de Guido Herrera, pero la falta de creatividad en los últimos metros le jugó una mala pasada. Pero, a los 34 minutos, de contra golpe y casi de manual, cuando el trámite marcaba una fuerte paridad, Junior Arias desniveló para la visita. El delantero sólo la tuvo que empujar tras una veloz combinación que agarró mal parado al equipo comandado por Gastón Esmerado. Fue la cuarta conquista en el torneo para el uruguayo, máximo artillero de la temporada para los cordobeses.
El complemento cayó en intensidad, pero no en incertidumbre. Algunos errores aparecieron en ambas zagas y generó varias ocasiones de riegos. Sin convertirse en figuras, los arqueros tuvieron que intervenir para sostener el resultado. Una de las caras conocidas que retornó a las canchas del fútbol argentino fue la de Santiago Silva. El ex Boca ingresó para darle contundencia a los embates de Talleres. Pese a todo esto, los instantes finales fuero todos para los anfitriones. Marcos Figueroa probó de media distancia y el travesaño le negó el empate.
La victoria no es poca cosa para Talleres. No sólo le permite estirar su buen momento, sino que se ubicó en la tercera posición del campeonato local. A la goleada de la fecha pasada contra San Lorenzo se le sumó un nuevo paso adelante. Con 27 puntos, se puso a uno del Ciclón y a 7 de Boca. En la próxima jornada recibirá a Banfield. Por su lado, el equipo gasolero no levanta cabeza y se hunde en los promedios. En la que viene chocará frente al líder de la Superliga.