Un nuevo aniversario se cumple de una de las máximas hazañas de Independiente y del fútbol argentino en general, cuando el Rojo, liderado por Ricardo Bochini y Daniel Bertoni, le igualó, con 3 hombres menos, la final del Torneo Nacional de 1997 disputada el 25 de enero de 1978 frente a Talleres y se consagró campeón marcando un hito en la historia de nuestro deporte.

Transcurría el segundo tiempo de la final en Córdoba y el encuentro estaba igualado 1-1, mismo resultado que en la ida disputada en Avellaneda, cuando a los 25 minutos del complemento Ángel Bocanelli puso en ventaja por 2-1 a los locales, para el árbitro con la cabeza mientras que todo Independiente le reclamaba que había sido con la mano. A partir de ahí todo se descontroló, los dirigidos por José Pastoriza reclamaron fehacientemente al juez del partido y Enzo Trossero, Omar Larrosa y Rubén Galván se fueron expulsados. El resto de los jugadores que estaban en cancha sintieron que le estaban metiendo la mano en el bolsillo y se perfilaron para irse al vestuario cuando el mismo Pastoriza los frenó, mandó a la cancha a Bertoni y Mariano Biondi para ir por la heroica. Agarró a sus dirigidos y los envió nuevamente al terreno de juego con una frase que se inmortalizó en los tiempos: "Vuelvan a la cancha. Vayan, sean hombres, jueguen y ganen" les pidió el entrenador.

Así fue que el equipo volvió al campo y, pese a la inferioridad numérica, buscó asociarse con Bochini, Bertoni y Biondi sabiendo que un gol les daba el triunfo por mayoría de goles visitantes. Justamente los dos ingresados fueron quienes hicieron la jugada para que el Bocha, a los 38 minutos, marcara el empate agónico e igualara la serie, dándole la ventaja a los de Avellaneda. Con el 2-2 consumado Independiente se impuso por los dos tantos convertidos en Córdoba y selló una noche que quedará para siempre en la historia del fútbol argentino y que hoy recordamos en su 40 aniversario.