No había caído muy bien cuando se lo dio a conocer. En el podio del Gran Premio de Abu Dabi, Valtteri Bottas, Lewis Hamilton y Sebastian Vettel saludaban a los fanáticos y despedían el año, mientras que a sus espaldas se develaba una nueva F. La nostalgia llegó en el público más rápido que cualquier piloto experimentado arriba de un monoplaza, y los comentarios de repudio no se hicieron esperar. 23 años después, había un rostro desconocido.

Pero cuando los motores se silenciaron por completo y la atención se posó en los cambios previos al inicio de un nuevo campeonato, un sorpresivo conflicto volvió a poner al logo bajo la lupa. Esta vez, el asunto se aleja de los gustos personales de algunos memoriosos, sino que se instaló en las áreas legales. La empresa 3M, dedicada a la fabricación vinculada a los insumos industriales, puso el grito en el cielo. Trata del distintivo que usa en su línea de productos denominada Futuro, que consta de una tipografía muy similar a la adoptada por Liberty Media para refrescar la imagen de la Fórmula Uno.

En la publicación inglesa The Telegraph se asegura que desde la multinacional están dispuestos a llevar la disputa ideológica a la justicia, ya que desde inicios del año pasado tienen registrado el diseño. "3M presentó una solicitud de marca estadounidense para el logotipo de Futuro el 20 de febrero de 2017. Estamos investigando este asunto más a fondo", cita el diario.

De comprobarse que la similitud entre ambos marcas no fue producto de la casualidad, la Fórmula Uno tiene las de perder en este embrollo, ya que los tiempos beneficiarían a la empresa con origen en Minnesota. Escándalo en puerta.