Ya habían pasado los premios a lo más destacado del 2012, y Messi seguía esperando. A su lado, Cristiano Ronaldo y Andrés Iniesta, rivales de terna, compartían la tensión que llegaba desde el escenario. Mejor entrenador: Vicente Del Bosque. Que pase el que sigue. El Puskas al mejor gol se lo llevaba Miroslav Stoch, que con una volea impresionante dejó con las ganas al colombiano Radamel Falcao. Abby Wambach le ganó la pulseada a Marta, y la sueca Pia Sundhage se coronó como le técnica del año. La hora de la verdad.
El astro argentino, vestido con un traje moteado que podría simular aquella galaxia estrellada de los que algunos le atribuyen su origen, ya tenía tres Ballon D'Or y aguardaba por uno más que le permitiera estar en soledad en la cima. La presea era por entonces entregada por la FIFA en asociación con la prestigiosa revista deportiva France Football, hasta que diferencias en 2016 terminó por romper la unión estratégica y ambas instituciones tuvieron sus propias ceremonias.
Y así fue. Fabio Cannavaro, emblema de la selección italiana campeona en 2006 dijo su nombre y lo obligó a subirse al escenario. No hubo beso con Antonela Roccuzzo, cosa que luego se haría ritual, pero si se acordó de su familia en su moderado discurso de agradecimiento. Revivir los logros de Messi y ver cómo su vida personal fue cambiando también es una forma de ver su progreso. "Mi esposa y mi hijo son lo mejor que me pasó en la vida", se sinceró con el balón doradísimo y brillante entre manos. Hoy no sólo disfruta de Thiago y Mateo, sino que espera un tercer hijo.
Por entonces fue la cuarta vez consecutiva en la que el jugador del Barcelona se adueñaba de todas las miradas. Dejó atrás a grandes futbolistas como Platini, van Basten y Cruyff, que se quedaron con tres premios en la tabla histórica. A toda esta épica, el Rosarino le sumó que su gesta fue consecutiva. Fue amo y señor del deporte y sólo Cristiano Ronaldo pudo cortar con la hegemonía. Uno de los números que lo impulsaron para ser considerado el mejor del 2012 fue la abrumadora cantidad de goles. Fueron 91 en todo 2012, seis más de los que había conseguido el Torpedo alemán Gerd Müller en 1972. En comparación con la actualidad, Harry Kane, recientemente, le arrebató la posibilidad de ser el máximo artillero. El inglés alcanzó 56 tantos. Un abismo con el pasado.
Tras aquella ceremonia del 7 de enero del 2013 en Zurich, Messi estuvo dos veces en el segundo escalón de podio viendo como el portugués celebraba. En 2015 conquistó su quinto trofeo, el último hasta el momento. Si bien su alter ego del Real Madrid dominó las entregas más recientes después de la separación de los premios, que dieron nacimiento a The Best de la FIFA, el argentino tiene el objetivo claro para este año. Ya como lo dijo en varias oportunidades, su prioridad es la Copa de Mundo con la selección. "Siempre dije que los logros colectivos están por delante de los individuales", señaló en varias oportunidades. ¿Será el 2018 la vencida?